O romance El Secreto de Mi Prometido foi atualizado Capítulo 283 com muitos desenvolvimentos climáticos. O que torna esta série tão especial são os nomes dos personagens ^^ Se você é fã do autor Internet, vai adorar lê-lo! Tenho certeza de que não ficará desapontado ao ler Vamos ler o romance El Secreto de Mi Prometido Capítulo 283 agora AQUI.
Ler o romance El Secreto de Mi Prometido Capítulo 283
Capítulo 283 de El Secreto de Mi Prometido novel
—¿Luisa?—El corazón de Carolina dio un vuelco y de inmediato se encendieron todas sus alarmas internas. Su expresión se nubló ligeramente mientras se acercaba a paso firme.—¿Qué haces aquí?
Luisa estaba sentada en el sofá. Alzó la vista y la miró con desdén, respondiendo con un tono despreocupado y sarcástico: —Vaya, eras tú... De lejos creía que era alguna de mis hermanas. ¿Qué pasa? ¿Últimamente te dio por imitarme? ¿Jugando a eso de "parecerse a la dama favorita"?
Carolina se puso pálida.
¿Ya se había dado cuenta?
Pero enseguida se recompuso, forzando una expresión segura: —¿Imitarte? Por favor, no seas tan narcisista. ¿De verdad crees que necesito hacerlo?
Luisa la observó de arriba abajo, examinándola con detenimiento.
De repente, soltó una carcajada burlona.
—¿De qué te ríes?—preguntó Carolina, visiblemente molesta.
—Es que acabo de recordar algo.—dijo Luisa con una mirada desdeñosa.—¿Nunca has escuchado eso de que cuando alguien imita a otro, pero no capta su esencia, en vez de mejorar, empeora?
El rostro de Carolina se tornó de un verde enfermizo.
Por supuesto que conocía ese dicho.
—Luisa, he conocido a personas narcisistas, pero como tú, óyeme, jamás. ¿Qué pasa? ¿Ese estilo de vestir es tuyo y solo tú puedes usarlo?—Carolina se paró frente a ella, cruzando los brazos.
Luisa la miró divertida.
—Claro que la forma de vestir no es mi patente, lo entiendo, señorita Carolina. Fue solo una coincidencia que tu ropa se parezca a la mía, que tu peinado sea también igual, que tu maquillaje coincida y hasta que uses el mismo perfume que yo, ¿cierto? Todo es una feliz casualidad. Por supuesto que no me estás imitando, la vida está llena de coincidencias.
El rostro de Carolina se desfiguró de rabia y estando a punto de responder una voz masculina interrumpió la tensión.
—¡Luisita!—exclamó alegremente la voz de Carlos.
Carolina se quedó paralizada.
El rostro de Luisa se endureció de inmediato mientras giraba la cabeza con frialdad hacia Carlos.
Comentários
Os comentários dos leitores sobre o romance: El Secreto de Mi Prometido