El Secreto de Mi Prometido romance Capítulo 96

Leia El Secreto de Mi Prometido - Capítulo 96

Leia Capítulo 96 com muitos detalhes únicos e culminantes. A série El Secreto de Mi Prometido é um dos romances mais vendidos de Internet. O capítulo Capítulo 96 mostra a heroína caindo no abismo do desespero e da angústia, de mãos vazias, mas, inesperadamente, um grande evento acontece. Então, qual foi esse evento? Leia El Secreto de Mi Prometido Capítulo 96 para mais detalhes.

Cuando Andrés volvió en sí, la pequeña mesa ya estaba servida con una variedad de deliciosos platillos.

Verduras, carne de res, arroz blanco humeante y un tazón de sopa.

—Hiciste mucha comida. —comentó Andrés con una sonrisa cálida.—¿Qué sopa es esta?

—Es sopa de pollo.

Luisa tomó el tazón, recogió una cucharada, sopló con suavidad y la acercó a los labios de Andrés. —Prueba.

Andrés bajó la mirada con una sonrisa, pero de repente su expresión se endureció.

—¿Qué le pasó a tu mano?

En el dedo índice derecho de Luisa había una pequeña ampolla.

Ella intentó ocultarla, pero ya era demasiado tarde. Sin otra opción, confesó: —Pues... me quemé sin querer en la cocina hace un rato. No es nada, solo es una simple ampollita.

Los ojos de Andrés se tiñeron de preocupación. —¿Te duele mucho?

Luisa negó.—No me duele.

Andrés tomó un sorbo de sopa y, con suavidad, sostuvo su muñeca, inclinándose para soplar con delicadeza sobre la herida.

Después de unos cuantos segundos, alzó la mirada. Sus ojos largos y oscuros reflejaban un dolor silencioso.—Mentirosa. ¿Desde cuándo una quemadura no duele?

Los ojos de Luisa se humedecieron un poco.—De verdad, no me duele. Comparado con las heridas que tú has sufrido, esto en realidad no es nada.

Andrés levantó la mano y le pellizcó suavemente la mejilla.—Si te lastimas, me duele a mí. Aunque sea una herida pequeña.

Luisa mordió su labio, sus pestañas temblaron y, sin darse cuenta, le habló en un tono mimado: —Andrés...

Su voz era tan suave y dulce que Andrés no pudo resistirse.

La atrajo hacia él y dejó un beso impregnado en su frente despejada, en sus mejillas sonrojadas y, finalmente, en sus labios delicados.

Las orejas de Luisa ardían de calor, y su corazón se endulzó un poco como si estuviera sumergido en miel.

Un momento después, apoyó sus manos en el pecho de Andrés y se apartó con cuidado.—Andrés, come primero. Se va a enfriar.

Andrés arrastró las palabras con picardía, sus ojos reflejando un destello travieso. —Está bien... ¿Después de comer puedo seguir besándote?

Capítulo 96
 1

Capítulo 96
 2

Comentários

Os comentários dos leitores sobre o romance: El Secreto de Mi Prometido