Ella Aceptó el Divorcio, Él entró en Pánico romance Capítulo 298

Scarlett no pudo responder a la pregunta de Silco.

¡¿Qué clase de pregunta era esa?! ¡Ella no los trataba de manera diferente! ¡Todos eran sus enemigos y participaron en aquella horrible noche hace cinco años! Cuando Ava la acosaba, Sebastián se ponía de su lado; cuando Ava necesitó su sangre, fue Sebastián quien le conectó el tubo en la muñeca a Scarlett; cuando Ava intentó asesinar a su hijo, el hijo que también era de ÉL, ¡Sebastián le dio la llave de su casa! ¡Así que, por supuesto que los trataba de manera diferente! Si Ava era una asesina, entonces Sebastián era solo una herramienta estúpida que Ava utilizaba. Sí, Ava quería verla muerta, pero Sebastián simplemente falló en protegerla.

Entonces, ¿por qué esa pregunta?

¿Por qué DEBERÍA tratarlos como si fueran igualmente malvados? ¡No lo hacía solo porque era una persona justa!

Librando una batalla sangrienta en su mente, Scarlett no pudo evitar sentirse furiosa al no lograr identificar de dónde venía esa ira.

Fue una pregunta simple, una para la que sí tenía respuesta.

Entonces, ¿por qué no podía darla?

¿Por qué se sintió culpable cuando Silco le preguntó eso? Y, ¿por qué había huido de esa pregunta y por lo tanto de Silco durante días, sin poder hablar con él de nuevo? ¿Por qué no simplemente afirmaba su "juicio justo" y decía que lo que él hizo no fue tan malo exactamente? ¿Por qué lo odiaba incluso más que a Ava cada vez que pensaba en él, y por qué ni siquiera podía hablar de ello?

No logró encontrar una buena respuesta para ninguna de esas preguntas cuando notó que ya se encontraba frente a la puerta de su oficina.

Era curioso que había estado allí más veces desde que regresó a la ciudad que durante los cinco años en los que estuvo casada con él.

—Señorita Green —Emma, la secretaria de Sebastián, la saludó cálidamente, justo al lado de la puerta de Sebastián—. Lo siento, pero debo haber olvidado poner su visita en la agenda del director...

Eso era lo que hacía una secretaria profesional. Emma había estado sentada junto a la puerta de Sebastián incluso antes de que Scarlett se casara con él. Por eso sabía que le estaba impidiendo entrar, pero afirmaba que era su culpa incluso antes de que Scarlett pudiera decir algo, y encima de todo, ni siquiera podía enojarse con ella sin sentir culpa al enfrentar ese rostro amable.

Lo único extraño era que la última vez que Scarlett estuvo allí, Emma la dejó entrar sin siquiera avisarle a Sebastián a través del lindo teléfono interno en su escritorio.

¡Eso era! ¡Avisar!

Emma no tuvo que avisarle a su jefe la última vez. Entonces, ¿por qué esta vez sí? ¿Qué habría en esa oficina ahora que Emma, una secretaria sofisticada y de máxima confianza que conocía hasta los huesos de su jefe, sabía que causaría problemas si Scarlett lo presenciara?

Ava.