Ella Aceptó el Divorcio, Él entró en Pánico romance Capítulo 309

"Estoy drogada, SOS. Habitación de invitados en el lado este, segundo piso."

Mientras escribía eso en el chat de Scarlett con Silco, Lilith dudó en enviarlo.

Ese era el plan de Sebastián; simple y eficiente.

Silco nunca se mostraba en el escenario, pero esa vez, tendría que salir de detrás del telón. Que Scarlett fuera drogada en una fiesta organizada por los Green era más que suficiente para involucrar el nombre de los Green. "¿Qué harás, "Silco"? ¿Vas a salvar a Scarlett o la dejarás a su suerte?"

El mejor resultado sería que Silco se preocupara por Scarlett y revelara su propia identidad. Así sería fácil decidir si era buena idea seguir permitiendo que Scarlett estuviera tan cerca de ella. Y con suerte, bajo esa máscara habría un amigo.

Pero si no...

El plan original de Lilith era Sebastián, por eso había acudido a él. En caso de que la máscara revelara a un enemigo poderoso, Lilith necesitaría un aliado igual de poderoso, pero ya no estaba segura de si podía contar con él, no después de aquella pelea. No después de que Scarlett cortara todos los lazos con él, después de que ese hombre se quedara bajo la lluvia durante un día entero sin obtener respuesta de su abuela y... después de lo que acababa de pasar.

Pero Silco la había descubierto y Lilith no tenía otra opción, excepto por esa noche.

Como si notara su atención, Sebastián miró en su dirección en ese momento. Lilith se echó hacia atrás detrás de la esquina de la pared con el corazón latiéndole con fuerza en el pecho. No había sido exactamente amistoso esa noche, pero ¿podría ser todo solo una actuación?

¿O debería abortar el plan y buscar una manera más segura?

Lilith miró fijamente la línea que había escrito en el chat de Scarlett con Silco, con el dedo suspendido sobre el botón de eliminar.

—¿Qué tienes ahí?

Lilith dio un respingo al oír la repentina voz, solo para ver a Sebastián sobre ella, a quien había pasado por alto.

Con Ava a su lado.

Él le arrebató el teléfono de Scarlett, y Lilith instantáneamente levantó la pierna para darle una patada lateral. El vestido largo reveló su movimiento desde lejos, haciéndola dudar a mitad de camino, y el hombre aprovechó esa oportunidad para agarrarle la pierna, sujetándola contra su cintura en una posición vergonzosa. De pie sobre una sola pierna, Lilith no podía librarse de su mano de hierro.

—¡Devuélvemelo! —Le espetó Lilith, dándose cuenta del horrible hecho... de que ya no era un amigo.

—¿Te refieres al teléfono... o a tu pierna? —Se burló el hombre, y Ava soltó una risita, bloqueando a Lilith de la vista de los invitados.