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Ella Aceptó el Divorcio, Él entró en Pánico romance Capítulo 59

Perspectiva de Sebastián

"¿Cómo que no llegó a su casa?"

Apenas llegaba a la oficina cuando Jack me llama preguntando si Ava durmió conmigo. ¿Y por qué carajos lo haría? La muñeca de cristal jamás ha dormido fuera, ni en mi casa.

"¡Si tú la recogiste, ¿por qué no la llevaste hasta la puerta!?" Jack me grita como un loco. "¡Eres un irresponsable! ¿Sabes lo peligroso que es para ella?"

Quiero decirle que Ava ya es una mujer adulta, pero mejor me contengo.

"Yo me encargo, te aviso cuando la encuentre." Cuelgo la llamada.

Llamo a Alfred, pero me dice que dejó a Ava en la Villa de los Fuller y la vio entrar. Entonces o Jack mintió sobre su regreso, o ella salió sola después de que Alfred se marchara, por alguna razón.

Jack nunca bromearía con la seguridad de Ava.

Intento llamar a Ava, pero claro, no me contesta. Si contestara las llamadas, Jack no estaría tan alterado. Llamo a Gabriel, pero él está tan impactado como yo. Al parecer, Jack lo llamó justo después de hablar conmigo.

"¡Miller!" llamo a mi secretario mientras me vuelvo a poner el traje. "Llama a Jeremy y dile que Ava está desaparecida. Necesito que inicie una búsqueda."

"¿Jeremy Rogers?" Miller revisa su tableta con tono un tono de voz inseguro. "...el jefe de policía... ¿señor?"

"Sí, llámalo a él, no a la policía. No registrarán un caso de desaparición hasta pasadas 48 horas, pero Ava no puede esperar." Mi voz se acelera y se eleva sin querer. "Luego llama a Alfred y pídele que describa todo lo que pasó cuando llevó a Ava a casa anoche. Envíame una copia y envíale una a Jeremy también."

Pero me alegro de tener una razón legítima para contactarla.

¿Desde cuándo soy tan tímido con ella? ¡Es mi esposa! Lo fue... Fue una esposa maravillosa y la perdí. Nunca pensé que un día me costaría tanto marcar su número. Nunca la llamé porque ella siempre estaba ahí cuando la necesitaba. No sé con los demás, pero para mí, siempre estuvo presente. Estaba en todos mis partidos, incluso en los entrenamientos. Estuvo ahí cuando fui a pedirle ayuda para Ava. Siempre estuvo ahí, en casa, cuando llegaba hambriento o cansado. Incluso cuando no estaba en la habitación, encontraba todo lo que necesitaba en nuestra hogar.

Pero ahora no está en nuestro hogar. Y cuando la llamo, ni siquiera contesta.

Ese pensamiento me irrita profundamente.

Con una rabia creciendo en el pecho, marco el número de Aurora. Tarda un momento, pero al menos contesta.

"¿Sebastián?" la voz le tiembla. "¡Dios! ¿Scar está contigo?"

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