—Señor, ¿realmente va a casarse con la Srta. Esther? —Preguntó León una vez más, ya que era una duda que tanto él como Ciro compartían.
Tristán les lanzó una mirada y dijo: —¿Creen que estoy mintiendo?
Por supuesto que no. Precisamente porque sabían que él siempre decía la verdad, estaban profundamente sorprendidos.
Tristán los observó y dijo: —Esther no es tan mala como ustedes piensan.
—Señor, con el debido respeto, hay muy pocas mujeres en el mundo que estén a su altura, pero Esther definitivamente no es una de ellas.
Tristán negó con la cabeza: —Eso es lo que ustedes creen. Pero no es lo que yo creo.
Al ver que querían decir algo más, Tristán añadió: —Está bien, vayan a trabajar.
León y Ciro se miraron y se dieron la vuelta para irse.
Mientras tanto, en otra habitación, Esther estaba conversando con Silvia y en la pantalla de video, la expresión de Silvia estaba llena de asombro.
—Essie, repítemelo, ¿dónde estás ahora?
Silvia no podía creerlo.
Esther respondió: —Profesora, no escuchó mal, estoy en Roseada de las Nubes, en la casa de Tristán.
—Eso es realmente sorprendente, Essie.
Silvia estaba atónita.
—Él dice que quiere casarse conmigo, quiere que Benjamín sea el heredero. —Esther se rió, lanzando otra sorpresa.
Silvia guardó silencio por dos segundos y luego preguntó: —¿Le hiciste algún tipo de hechizo?
Benjamín parpadeó sus grandes y adorables ojos, mirando a su madre con resignación, mientras le decía: —Sí, muy contento.
Esther abrazó a Benjamín, y ambos se acurrucaron en la cama, cerraron los ojos poco a poco y se quedaron dormidos así.
Cuando Tristán entró, lo que vio fue a la madre y al hijo durmiendo juntos.
Se acercó a la cama y se sentó, observando en silencio sus rostros mientras dormían y su mirada se fue suavizando.
...
Hilario había ofendido al jefe de la familia y fue castigado. Incluso su hijo fue enviado a prisión junto con él. Él era una figura central en el Grupo Montes, pero en aquel momento, había caído de la gracia en un instante. Las acciones de Hilario y su hijo eran verdaderamente indignantes y una vergüenza para el Grupo Montes.
Al día siguiente de que Hilario y su hijo entraran a prisión, como señal de un comienzo, varios altos mandos de la familia Montes fueron igualmente sancionados. Las posiciones vacantes fueron ocupadas por nuevos miembros designados por Tristán. Esos cambios ocurrieron de manera rápida y tranquila, sin causar el más mínimo impacto en el Grupo Montes.

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