Aria apenas llegó ayer fue encerrada en el sótano.
El frío hacía que su pequeño cuerpo no dejará de temblar, pero a pesar de que había suplicado que no la encerraran y había estado pidiendo que la sacarán, había sido totalmente ignorada.
Aunque esta vez no había sido golpeada, esto seguía llenándola de miedo, odiaba estar aquí, no le gustaba la oscuridad.
Ya tenía un día aquí, sin ver la luz del sol y sin poder comer o beber.
Se sentía muerta en vida, no había dejado de llorar en todo el día, su corazón seguía doliendo demasiado.
No dejaba de reprocharse el haber sido tan tonta y caer en la trampa de Michelle y Betty. Nunca imaginó que Betty le haría algo así, ella siempre había sido buena con ella, pero ahora se daba cuenta de que no podía confiar en nadie.
— Levántate ya y ven aquí, tienes que lavar la ropa de todos a mano.
Se escucha una voz de una mujer, es Lina, una de las mucamas de la casa.
Al abrir la puerta, Aria se levantó del piso un poco aturdida, intentando adaptarse a la luz que entraba por la puerta, su cuerpo se sentía muy débil así que sus movimientos eran lentos.
— Hazlo rápido, no pienso esperar todo el día por ti, ponte esto. — Dijo lanzándole un vestido casual, ya que Aria seguía solo con su ropa interior.
Cuando la trajeron a la casa no le dieron oportunidad de vestirse y de inmediato la encerraron.
Aria asintió y después de vestirse, la siguió lentamente, pensando en que, aunque la sacaban solo para darle trabajo, al menos podía salir de ese horrible lugar que era la causa de sus pesadillas.
Al caminar su cuerpo se sentía terrible, por haber dormido en el frío suelo, con todas las emociones que la estaban sacudiendo y el no haber comido nada, parecía que en cualquier momento se iba a derrumbar y pensaba pedirle un momento a Lina para darse una ducha rápida y comer algo antes de empezar a lavar la ropa, pero antes de que pudiera hablar, Lina lo hizo primero.
— ¿Creíste en algún momento que ibas a poder ser alguien y no una simple chica que adoptaron por lastima? Qué pena, porque el joven Noah quiere casarse con la señorita Michelle. — Comentó Lina con una sonrisa burlona.
Aria sintió como su corazón ya destrozado volvía a ser desgarrado.
No entendía como esto era posible o si se trataba de una mentira, esperaba que fuera la segunda opción, porque a pesar de que le dolía mucho lo que él hizo, no podía imaginarlo casándose con su hermana, cuando ella era la culpable de todo.
— ¿Estás hablando en serio? — Le preguntó con su labio inferior temblando, tenía mucho miedo de esta respuesta, sentía que no era capaz de soportar más dolor, pero tenía que saberlo y en su interior albergaba la esperanza que Lina le estuviera mintiendo.
— ¿No me crees? Ven a verlo tú misma. — Dijo Lina y la llevó cerca del salón para que pudiera escuchar y ver lo que estaba sucediendo.
— Mamá deja entrar a Noah por favor. — Pidió Michelle con voz de súplica.
— Él es el ex novio de tu hermana, ¡No me cae bien! — Se negó Melissa, no sabía muy bien como las cosas habían terminado desarrollándose así, pero Michelle tenía un compromiso que debía cumplir, con el multimillonario Lucien Gray.
— Pero mamá , no quiero ocultar la verdad, estoy enamorada de él, ya tengo su hijo en mi vientre! Noah también tiene mucho dinero! por favor no me hagas casarme con ese hombre cruel, quiero casarme con Noah. — Insistió Michelle y Melissa abrió los ojos de par en par.
— ¿Qué dijiste? ¿Cómo estas esperando un hijo suyo? — Preguntó Melissa desconcertada.
— ¡Shhh! Mamá por favor baja la voz, solo me enteré hace unos días.
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