Esposa Pecadora romance Capítulo 1004

Después de llegar al lugar antes que Fabián y el resto, Madeline observó cómo las llamas envolvían la fábrica y comprendió lo que Jeremy quería decir con lo de la venganza.

Ella atravesó rápidamente las puertas metálicas para ver lo que estaba ocurriendo adentro. Al entrar, se encontró con Jeremy de pie frente a la fábrica como una exquisita escultura, clavada en su sitio mientras observaba con indiferencia cómo se alimentaban las llamas.

Madeline sintió que su alma se le caía a los pies.

Ella rápidamente llamó a los bomberos y corrió para ponerse delante de Jeremy.

Fue entonces cuando el hombre se dio cuenta de que Madeline había llegado. Sus ojos turbios brillaron.

"¿Qué estás haciendo aquí, Linnie? Vete, rápido". Jeremy apartó rápidamente a Madeline, no queriendo que se chamuscara con las llamas que se esparcían.

Madeline le apartó la mano de un manotazo con los ojos llenos de preocupación.

"¿Qué crees que estás haciendo? ¿Tienes alguna idea?".

"Lo sé", respondió Jeremy secamente, y las llamas se reflejaron en sus ojos helados. "Ella merece morir".

"Sí, ella merece morir, ¡pero tú no tienes que ser el verdugo!". Madeline entró en pánico y quiso correr hacia adentro para ver, pero fue detenida por Jeremy.

Mientras luchaba, los ojos de Madeline se humedecieron por el calor o por algo más que no sabía que era. "¡Debes saber dónde están Lana y Naomi! ¡Todavía puedes detenerte antes de que las llamas lleguen hasta allá, Jeremy!".

El agarre de Jeremy sobre Madeline no se aflojó. "No merecen tu compasión, Linnie".

Madeline no sabía cómo explicarle al hombre que no era posible que ella sintiera lástima por Lana Johnson o Naomi Lionel.

"No estás vengando a mis padres, Jeremy. ¡Estás destruyendo toda tu vida! ¡Detente!".

Sin embargo, el hombre simplemente sonrió junto a su oreja. "Mi vida se volvió oscura en el momento en que te perdí, Linnie".

"Una vez que Lana muera, me entregaré. Le diré a la policía que fui yo quien quemó a la familia Montgomery, que fui yo quien destruyó tu casa y mató a mis propios suegros".

"Hay una puerta trasera que podemos usar, Yorick, pero no puedo abrirla". La voz de Fabián llegó desde lejos.

Madeline le tendió la mano a Jeremy. "Debes tener la llave de la puerta trasera. ¡Dámela!".

Jeremy permaneció estoico.

Madeline corrió hacia él y rebuscó en sus bolsillos con impaciencia. En lugar de la llave, lo único que encontró en sus bolsillos fue la concha de colores que había estado guardando cuidadosamente y el anillo de boda que Madeline se había quitado.

La visión de ella se volvió borrosa mientras observaba al hombre cuya mirada se volvía más fría cada segundo.

"¡Dame la llave, Jeremy! ¡Dámela!".

Jeremy levantó una mano para secarle las lágrimas con cariño. "¿Son estas lágrimas por mi culpa?". Él sonrió. "No llores, no merezco que lo hagas por mí. Ryan no sería una mala pareja. Estoy seguro de que será alguien en quien puedas apoyarte en el futuro".

"¡Ni siquiera sabes en quién quiero apoyarme más! Eres tú, siempre has sido tú. ¡Jeremy, por favor! Despierta y dame la llave. Vuelve conmigo. ¡No tienes que cometer otro error!".