Esposa Pecadora romance Capítulo 1027

Los pasos de Jeremy se detuvieron con fuerza y ya no pudo dar un paso más.

Observó cómo Madeline le sonreía a Ryan y sus labios se extendían mientras se ruborizaban los hoyuelos de su rostro. Oh, cómo deseaba que esa sonrisa fuera para él.

Sin embargo, Jeremy sabía que ya no era digno de ella.

Tomando la mano de Ryan, Madeline se giró y se detuvo al lado de Jeremy cuando pasaron a su lado. "¿Por qué sigues aquí? Vete ya a pagar la fianza de tu novia a la comisaría. Con un novio tan hábil como tú, estoy seguro de que saldrá en seguida".

Jeremy sabía que Madeline se estaba burlando de él.

Él sonrió despreocupadamente cuando miró los ojos dignos y distantes de Madeline. "Gracias por el recordatorio, Srta. Montgomery. Iré a buscar a mi novia y la llevaré a casa, entonces".

Llevarla a casa.

A casa.

La mano de Madeline en la de Ryan se tensó ligeramente mientras el frío viento pasaba a través de los agujeros que fueron acribillados en su corazón.

Ella ignoró a Jeremy y se volteó para sonreírle a Ryan.

"Sabes, Rye, mi último matrimonio fue un completo fracaso. Bueno, te lo resumiré, me casé con un narcisista". Los ojos brillantes de Madeline se burlaron de Jeremy. "Sé que eres un gran hombre, Rye, pero ese matrimonio me ha dejado cicatrices muy profundas".

"Toda mi pasión y mis sentimientos se las he dedicado a ese hombre, pero nunca me ha dado ni un solo día de felicidad. Ni siquiera se preocupó de que yo fuera feliz. No creo que sobreviva a otro matrimonio así, Rye".

La suave y bonita voz de Madeline acarició los oídos de Jeremy. Cada palabra que ella decía se clavaba en el corazón de Jeremy como icebergs y hacía que se sintiera entumecido por el dolor.

Después de todo, ella no mentía, él sí que la había herido.

Ryan sabía a qué se refería Madeline cuando decía eso y sabía que lo decía para que Jeremy lo oyera.

Tomó la mano de Madeline y con una sonrisa, le prometió: "No te preocupes, no dejaré que vuelvas a tener un matrimonio así. Seré un marido digno de ti y te daré la felicidad que mereces".

El hombre frunció un poco el ceño mientras el arrepentimiento se desvanecía con la misma rapidez.

Jeremy se quedó clavado en su sitio. Solo sacó la pequeña bolsa transparente de su bolsillo cuando consideró que Madeline se había alejado lo suficiente.

En la bolsa había medicamentos para el dolor.

Tomó una pastilla y la tragó en seco.

Sin embargo, el dolor en su pecho no se disipó. En lugar de desaparecer, el dolor parecido a ser perforado por una aguja se extendió por todos los rincones de su cuerpo. Sintió que el dolor lo sofocaba y lo adormecía.

Ya no podía distinguir si el dolor era por el veneno o si era por el arrepentimiento de haberla perdido.

Al regresar, Jeremy escuchó una canción que sonaba en la radio. "Cómo iba a saberlo, un día me despertaría sintiendo más, pero ya había llegado a la orilla. Supongo que éramos barcos en la noche...".