Esposa Pecadora romance Capítulo 1041

¡Ploc, ploc!

Lillian trató de nadar instintivamente en el agua.

Mientras tanto, Lana estaba de pie junto a la piscina y disfrutaba del paisaje. Observó cómo Lillian dejaba de luchar y se hundía poco a poco en el fondo de la piscina. Entonces, Lana dio una bocanada de humo y su mirada se volvió más psicótica y satisfecha.

"Eveline, parece que pronto podré ver el aspecto que tendrás cuando sufras de dolor".

Lana sonrió, luego se dio la vuelta y se dirigió a la salida. Decidió deshacerse del cadáver de Lillian después de regresar.

Fabián, que había salido de la casa para contestar al teléfono, pudo oír vagamente unos ruidos extraños. Se dirigió hacia la piscina de donde provenían los ruidos.

Al principio, pensó que se trataba de un pájaro que revoloteaba en la superficie de la piscina, pero después de mirar más de cerca, ¡se dio cuenta de que era una niña!

No sabía por qué había una niña en el agua. Se apresuró a meterse en la piscina sin dudarlo.

Cuando vio que la niña era Lillian, la mente de Fabián se quedó momentáneamente en blanco. Al segundo siguiente, se obligó a calmarse y sacó a Lillian, que había perdido el conocimiento y estaba pálida, de la piscina.

"¡Lillian! Lillian!". Fabián estaba realmente nervioso.

Sin embargo, por más que llamara a Lillian, la niña seguía sin responder.

"¡Lillian!". Fabián acarició ligeramente su pequeña cara. Tenía tanto pánico que sus manos habían empezado a temblar.

Llamó inmediatamente a sus dos subordinados, Earl Grey y Red Tea, que siempre le seguían.

Al ser testigos de la situación que tenían ante ellos, le recordaron inmediatamente a Fabián. "¡Deprisa, debe hacer una reanimación cardiopulmonar!".

"¿Reanimación Cardiopulmonar?".

"Dese prisa, Sr. Fabián, ya ha dado su primer beso de todos modos, así que ¿por qué está dudando? Si no quiere que esta niña muera, debería darse prisa".

Earl, que estaba a su lado, se quedó conmocionado al verlo. ¿El jefe estaba llorando?

Justo cuando le pareció increíble y quiso echar un vistazo más de cerca, Lillian escupió el agua ingerida que tenía en el estómago. Luego siguió vomitando más agua.

"¡Lillian!". Fabián abrazó alegremente a Lillian que seguía medio inconsciente y notó que a la niña le costaba abrir los ojos.

"Sr. Pelo... Blanco...".

"¡Sí! ¡Lillian, soy tu Sr. Pelo Blanco!". Fabián, quien todavía estaba sorprendido, llevó a Lillian, que aún no despertaba por completo, a su habitación.

Cuando estaba ayudando a Lillian a cambiarse de ropa, le indicó en específico a Earl y Red que esperaran en la puerta.

Earl y Red se burlaron de él con insatisfacción. "Sr. Fabián, usted también es un hombre, ¿por qué puede cambiar a la pequeña?".