Resumo do capítulo Capítulo 1062 do livro Esposa Pecadora de Sixteenth Child
Descubra os acontecimentos mais importantes de Capítulo 1062, um capítulo repleto de surpresas no consagrado romance Esposa Pecadora. Com a escrita envolvente de Sixteenth Child, esta obra-prima do gênero Romántica continua a emocionar e surpreender a cada página.
Su corazón empezó a acelerarse y llamó a Madeline de inmediato. Fue entonces cuando se enteró de que Madeline le había pedido a Daniel que la llevara a casa la noche anterior.
En lugar de despertarse en casa, se despertó en el hotel.
Ella no podía acordarse de nada de lo que había pasado en esos momentos. Lo único que recordaba era que se había despertado junto a un hombre tumbado a su lado. Ni siquiera vio el aspecto del hombre.
'¿Será posible que Dan haya visto lo que pasó?'.
'¿Habrá visto al hombre y a mí...?'.
Ava sintió que la cabeza le iba a explotar cuando, de repente, volvió a sonar el timbre de su puerta.
Pensó que era Daniel quien había regresado, pero cuando abrió la puerta, vio a la persona que no quería ver...
Madeline no pegó ojo la noche anterior. Se levantó muy temprano, dio de comer al bebé y preparó el desayuno para Ryan.
Cuando Ryan se fue, llevó a los niños a la Mansión Whitman.
Lillian aún no podía hablar, así que Jackson acompañó a su hermanita.
Después de que Madeline dejara a su hijo menor y Jackson con Karen, llevó a Lillian al hospital.
A pesar de que había ido a varios hospitales infantiles y a médicos especializados, solo se encontró con médicos que negaban con la cabeza y le decían que no sabían lo que le pasaba.
Madeline tomó la mano de Lillian y salió del último hospital. El cielo estaba muy azul, pero por dentro, Madeline se sentía muy triste.
Ella tomó la mano de Lillian y estaba a punto de regresar, pero la niña de repente tiró de su mano mientras parpadeaba con sus ojos cristalinos. Estaba señalando el puesto que había al lado de la carretera y que vendía algodón de azúcar.
Madeline comprendió y llevó a la niña al otro lado de la carretera para que comprara algodón de azúcar. El tipo que vendía algodón de azúcar fue muy educado y le dio a Lillian un pequeño globo.
Mientras sostenía el globo, Lillian mordió suavemente el algodón de azúcar y le sonrió dulcemente a Madeline.
El hombre con traje y zapatos de cuero sonrió. "Las instrucciones están listas. Cuando tengas sus cuentas, daremos las órdenes".
Jeremy escuchó en silencio y dijo despreocupadamente: "En dos días, el objetivo estará en Glendale para negociar con Lana. Ese será el mejor momento".
Acababa de terminar de hablar cuando el picor seco de su garganta volvió a surgir.
Jeremy empezó a toser de nuevo y, tras toser unas cuantas veces, le salió sangre.
Se limpió con una servilleta de manera indiferente y la puso sobre la mesa. Su rostro se volvió muy demacrado.
Cuando el hombre lo vio en ese estado, no pudo soportarlo. "El doctor Lowell ya está haciendo todo lo posible para desarrollar la cura. Le informaré lo antes posible".
Jeremy miró por la ventana con calma. "No tengo otros deseos. Lo único que quiero es que ustedes protejan a mi esposa e hijos cuando llegue ese momento. Eso es todo".
Tan pronto como dijo eso, un fuerte sonido de estallido se produjo detrás de él, seguido por el sonido de una niña pequeña llorando.
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