Esposa Pecadora romance Capítulo 1063

Jeremy y el hombre que estaba sentado frente a él escucharon el sonido. Ambos levantaron la vista al mismo tiempo.

Cuando vio a Madeline agachada en las escaleras sosteniendo a Lillian, quien estaba llorando, Jeremy se sorprendió mucho. Se adelantó rápidamente y quiso consolar a la niña que lloraba, pero el hombre lo retuvo.

El hombre le negó con la cabeza a Jeremy y le dio una indicación con la mirada. Luego se dio la vuelta y salió por la otra puerta.

"No llores, Lillian. ¡Globo malo! Mira, está bien. No llores, no llores". Madeline abrazó a la niña con tristeza.

Sin embargo, Lillian no dejaba de llorar. Aparte de llorar, Lillian no emitía ningún otro sonido.

Jeremy miró a la princesita que lloraba con lágrimas que caían por sus mejillas como la lluvia y le dolió el corazón al verla. Sin embargo, no tuvo más remedio que acercarse a ellos con frialdad.

"Eveline, ¿me estás siguiendo?".

Madeline, que estaba consolando a Lillian, levantó su aguda mirada para observar al hombre que la miraba.

"Lillian se asustó con el globo que estalló de repente y lo primero que preguntas es si te estoy siguiendo en lugar de preguntar cómo está ella". Madeline se puso de pie y levantó a Lillian, quien seguía en estado de conmoción, antes de caminar hacia él en el segundo piso.

"Cuando estabas en el yate y pensabas que ibas a morir, ¿recuerdas qué era lo último que anhelabas?".

Madeline abrazó con fuerza a la niña que sollozaba con dolor en su corazón.

"Deseaste que Lillian te llamara 'papi'. Dijiste que tu último deseo era escuchar a esta niña llamarte 'papi' al menos una vez antes de morir".

"Pero ahora ni siquiera ha dicho 'mami', y mucho menos 'papi'".

Consoló a Lillian y estuvo a punto de marcharse, pero cuando su mente se calmó, empezó a pensar en la razón por la cual Jeremy estaba allí. ¿Quién era el hombre que estaba sentado enfrente de Jeremy un momento atrás?

Cuando subió las escaleras, escuchó parte de su conversación. Escuchó vagamente a Jeremy mencionar a Lana, pero no escuchó claramente el contexto.

El hombre de un momento atrás también había desaparecido repentinamente del segundo piso de la cafetería.

Madeline se acercó al lugar donde Jeremy acababa de sentarse. Había dos tazas de café sin tocar y una servilleta usada.

Ella tomó la servilleta y su agudo olfato reconoció la exclusiva fragancia fría que le pertenecía a Jeremy. Sin embargo, también había un líquido rojo oscuro desconocido en la servilleta. No pudo descifrar qué era, pero olía a óxido.

Madeline sacó otra servilleta de su bolso y envolvió la primera con ella.