Esposa Pecadora romance Capítulo 1094

La Sra. Graham ni siquiera se contuvo al reprender a Ava delante de todos.

Ava no quiso discutir con ella. Cuando levantó la cabeza, vio a Naya mirándola con desprecio.

Daniel tampoco se quedó callado. Defendió a Ava inmediatamente diciendo: "Mamá, es suficiente. Mi novia puede llevar cualquier cosa y seguir siendo mi novia".

"Dan, ¿quieres enfurecer a tu abuelo hoy?". La Sra. Graham miró a Ava con desprecio. "La única mujer de Glendale que es digna de ser tu novia es Naya".

La Sra. Graham miró a Ava con arrogancia. "Señorita Long, ¿dónde se graduó? ¿En qué trabaja? ¿Cuánto dinero gana en un mes? ¿Tiene casa o coche?".

Ava miró a los ojos petulantes de la Sra. Graham y sonrió. "Me gradué en la Universidad de Glendale y soy diseñadora de interiores. En cuanto a mi salario...".

"De acuerdo, ya he oído suficiente", interrumpió la Sra. Graham. "Los diseñadores de interiores no ganan más de siete dígitos al año, aunque trabajen sin parar. Sin embargo, ¿sabes cuánto ganan los Graham en un año? Señorita Long, no diré nada más. Espero que sepa cuál es su lugar".

Ava comprendió lo que la Sra. Graham quería decir. Dejó el regalo en el suelo y miró a Daniel.

"Dan, debería irme. Quédate a celebrar el cumpleaños de tu abuelo con tu familia", dijo Ava. antes de darse la vuelta magnánimamente.

"¡Ava!". Daniel quiso ir tras ella, pero su madre lo agarró. "Dan, esa mujer no te conviene".

"Sí, Dan. Es obvio que es una mujer vanidosa que lleva un vestido de marca falso y quiere ir detrás de ti por tu dinero". Las tías de Daniel comentaron desde un lado. Una de ellas incluso abrió el regalo. "Mira esta corbata que le compró a tu abuelo. Obviamente es falsa. La verdadera no debería tener un material tan áspero".

Daniel siempre fue tranquilo y refinado. Sin embargo, en ese momento, no pudo controlarse.

"Compré esta corbata en el extranjero hace un mes para el abuelo. No tienes derecho a menospreciar a alguien así".

“...”. La cara de sus tías se sonrojó mucho.

La mujer la siguió. "Está bien si no te gustan. También compré uno de los apartamentos cercanos a tu empresa. Puedes mudarte cuando quieras".

“...”.

"Además, no creo que tu jefe sea capaz. Creo que...".

"Deja de creer cosas", interrumpió Ava al sentir que le empezaba a doler la cabeza. Tenía mucho miedo de que la mujer comprara también su empresa.

Cuando la mujer vio que Ava estaba molesta, se sintió nerviosa. "Ava, solo quiero compensar...".

"¿Crees que puedes arreglar nuestra relación con dinero?", preguntó Ava. "Solo pregúntate: ¿dónde has estado cuando más te he necesitado?".