Resumo de Capítulo 1138 – Esposa Pecadora por Sixteenth Child
Em Capítulo 1138, um capítulo marcante do aclamado romance de Romántica Esposa Pecadora, escrito por Sixteenth Child, os leitores são levados mais fundo em uma trama repleta de emoção, conflito e transformação. Este capítulo apresenta desenvolvimentos essenciais e reviravoltas que o tornam leitura obrigatória. Seja você um novo leitor ou um fã fiel, esta parte oferece momentos inesquecíveis que definem a essência de Esposa Pecadora.
Justo en ese momento, Madeline recibió una llamada de la madre de Ryan pidiéndole que fuera a la Mansión Jones.
Madeline fue, ya que era algo de lo que tendría que ocuparse tarde o temprano.
Tras entrar por la puerta, se encontró con el señor y la señora Jones sentados solemnemente en el sofá.
Al ver entrar a Madeline, la señora Jones tomó la revista que tenía a su lado y se la lanzó a una desprevenida Madeline.
"¡Recógela y mira lo que está escrito en ella, Eveline Montgomery!", respondió la señora Jones con un resoplido.
Madeline no se tomó a pecho la actitud de la señora Jones. Alcanzó la revista, cuyo título de portada hablaba de cómo ella había vuelto con su exesposo, Jeremy Whitman, y de cómo ambos habían comprado una nueva casa en la que se habían mudado recientemente.
En la portada aparecían los dos tomados de la mano mientras daban un dulce paseo bajo la luz de la luna.
"¿Has considerado alguna vez los sentimientos de Rye, Eveline? ¡Eres su esposa!", acusó la señora Jones.
La expresión del señor Jones era severa mientras comenzaba a reprender a Madeline de forma poco amable. "¡Sabía que algo iba mal cuando Rye dijo que quería casarse contigo! Había oído hablar de cómo has estado yendo y viniendo con ese Jeremy Whitman. Quién sabe si Rye estaba embrujado o poseído cuando dijo que quería casarse contigo, una mujer divorciada con tres hijos".
Madeline se tomó con calma las airadas palabras del señor y la señora Jones mientras explicaba con franqueza: "Antes de casarnos, tomamos una decisión seria al respecto. Pero...".
"¿Pero qué? Eres una mujer divorciada con tres hijos contigo y hasta tus padres están muertos. A Rye no le importaba nada de eso, así que ¿cómo eres tú la que está dando excusas ahora?". La señora Jones camino furiosa hacia Madeline y le advirtió.
"Te lo digo, Eveline. Será mejor que aclares las cosas con Jeremy y dejes de estar con él. ¡Ese hombre está loco! ¡Hasta tiene una pistola encima! Ocúpate de este asunto o no se nos podrá reprochar que nos tomemos la justicia por nuestras manos. ¡Te haré saber que no hay nada que celebrar por ser una esposa infiel!".
"Es suficiente". La voz de Ryan sonó desde las escaleras e interrumpió a su madre.
La pierna de Ryan todavía se estaba recuperando, así que se agarró a la barandilla mientras bajaba lentamente las escaleras con dificultad hasta llegar a Madeline. "Ven conmigo, Eveline".
Madeline lo siguió queriendo terminar también el asunto.
"Me disculpo. Mis padres se pasaron de la raya". Lo primero que hizo Ryan fue disculparse.
Madeline negó con la cabeza. "Estuve de acuerdo cuando sugeriste el divorcio. Yo también jugué un papel en esto".
Madeline estaba en su despacho en la Empresa Montgomery cuando recibió una llamada de Jeremy preguntándole si estaba ocupada. Dando una excusa que tenía poco de mentira, Madeline le dijo que estaba en una reunión y que no podían reunirse en ese momento.
Acababan de colgar cuando el hombre apareció en la puerta de su despacho.
Madeline aún tenía el teléfono junto a la oreja cuando vio a Jeremy entrar en la habitación. Presa del pánico, se levantó de la silla. "¡Jeremy! ¿Qué estás haciendo aquí? Yo.... Yo estaba a punto de ir a una reunión".
"¿No quieres verme?", preguntó Jeremy sin rodeos con sus profundos ojos clavados en los preocupados ojos de ella.
Madeline negó rápidamente con la cabeza. "¿Cómo es posible que no quiera verte?".
"¿Entonces por qué?". El hombre parecía molesto y tenía las cejas muy fruncidas.
Como sabía que no podía ocultarlo más, Madeline se lo contó todo a Jeremy.
Al oírla, una sonrisa burlona adorno los atractivos rasgos del hombre antes de que su expresión se volviera severa una vez más. Miró a Madeline y dijo con gentileza: "Hay algo que tengo que aclarar contigo, Linnie".
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