Esposa Pecadora romance Capítulo 1159

Se trataba de un pequeño corazón doblado en papel rojo.

No parecía ser nada especial.

Sin embargo, para que esta niña quisiera darle este pequeño corazón rojo, probablemente tenía sus propios pensamientos al respecto.

Jeremy pensó en silencio, pero cuando levantó la vista, vio a la niña de pie junto al marco de la puerta con solo su pequeña cabeza al descubierto. Sus ojos llenos de vida parpadeaban, como si estuviera esperando que Jeremy descubriera algo.

Cuando Jeremy le dio la vuelta al corazoncito, vio unas palabras que habían sido escritas con poca claridad en el papel.

[Papá, Lillian se portará bien].

Al ver esta frase, Jeremy sintió que realmente merecía morir.

Su princesita pensó que su padre la ignoraba porque no se estaba portando bien, así que dijo que se iba a portar bien y esperó que Jeremy pudiera aceptarla.

Un sentimiento de dolor envolvió silenciosamente el corazón de Jeremy. Miró el corazón rojo que tenía en la palma de la mano y luego a la niña, que sonreía inocentemente. A continuación, dejó el corazón con suavidad sobre la mesa de café.

Después de dejarlo, la sonrisa de Lillian desapareció.

La niña frunció su pequeña boca. Incapaz de hablar, solo pudo marcharse en silencio.

"Lo siento, Lillian".

Jeremy miró en la dirección en la que la niña se había marchado y se disculpó en voz baja.

'Lillian, eres una buena niña, pero papá no quiere que pierdas este amor paternal después de haberlo tenido por poco tiempo'.

'Cuando crezcas, olvidarás por completo a este padre cruel y despiadado. Tendrás a Felipe como el mejor padre en tu mente'.

Él recogió el pequeño corazón que Lillian había doblado ella misma y lo acarició en su palma.

***

Seguramente, debido a la frialdad con la que fue tratada, la joven mentalidad de Lillian fue incapaz de adaptarse y olvidar. Por lo tanto, también se deprimió en esos días.

"¿La pequeña muda quiere recuperar el cuadro? ¡Pues llámanos 'hermanos'!".

El niño puso sus manos en las caderas con arrogancia y gran descaro.

Lillian frunció su pequeña boca de color rosa cereza y se dirigió directamente al chico. Alcanzó el papel de dibujo, pero el chico jaló fuertemente y el papel de dibujo se rompió de inmediato en dos pedazos.

Lillian vio cómo las palabras que decían “mi papá” se rompían en dos pedazos y de repente apretó sus pequeños puños rosados.

No sabía de dónde le venía el coraje, pero agarró el cuello del niño que había tomado la iniciativa de intimidarla y señaló el cuadro roto como si dijera "¡Devuélveme el dibujo!".

El niño no esperaba que Lillian tuviera esa reacción y también se quedó atónito.

De hecho, le gustaba mucho Lillian y quería ser su amigo, pero Lillian siempre estaba callada como una muñeca exquisita. Rara vez jugaba con sus compañeros, así que pensó en utilizar este método para interactuar con Lillian.

Jackson también estaba en la clase de actividades en ese momento. Cuando salió para ir al baño, había pasado intencionadamente por la clase de Lillian para echar un vistazo cuando vio una escena así.

Un niño con la cabeza plana estaba llorando y secándose las lágrimas mientras la maestra lo consolaba. Al mismo tiempo, estaba criticando a Lillian porque no debería haber hecho lo que hizo.