Esposa Pecadora romance Capítulo 1165

Al mismo tiempo que resonaba su voz, Jeremy golpeó rápidamente al hombre como si fuera una espada.

Aunque el hombre era corpulento, no tenía fuerza. Al ver que Jeremy se acercaba a toda prisa, tiró la bolsa que llevaba en la mano y se dio la vuelta para correr. Al mismo tiempo, hizo una llamada. "¡Me han encontrado! ¡Llévate a esa cosita rápido! Si no funciona, ¡mata a la rehén!".

'¡Mata a la rehén!'.

Estas tres palabras cayeron en los oídos de Jeremy. ¿Cómo podría aguantarlo?

Él dio un salto alto y pateó con fuerza la espalda del hombre.

El hombre gritó y cayó al suelo con fuerza.

Sin embargo, se levantó rápidamente y quiso seguir corriendo cuando de repente apareció una persona justo delante de él. En ese momento, cuando no tuvo tiempo de esquivar, la persona que tenía delante le dio una patada en el pecho. A continuación, se cayó de espaldas contra Jeremy con torpeza.

Él quiso levantarse de nuevo, pero parecía que las costillas de su pecho se habían roto. Su cara estaba pálida de dolor. No podía levantarse.

Jeremy miró con sorpresa a Fabián, quien había aparecido de repente frente a él.

Fabián parecía más violento que Jeremy, que era el padre, ya que se abalanzó hacia el sudoroso hombre que estaba sufriendo y lo levantó.

"¡Dilo! ¡¿Dónde te has llevado a esa pequeña?! ¡¿Dónde está esa niña ahora?!".

"Si sigues así, solo lo lastimaras hasta que no pueda hablar". Jeremy se acercó frunciendo las cejas similares a una espada. "Su cómplice todavía debe estar cerca. Acaba de llamar a su cómplice para que se lleve a Lillian".

Justo cuando dijo esto, un ruido violento causado por la fricción de neumáticos llegó de repente desde un lado.

Jeremy y Fabián miraron en dirección del ruido al mismo tiempo para ver un coche negro que daba marcha atrás rápidamente antes de girar el volante. Se dirigió directamente hacia la carretera.

Este movimiento precipitado hizo que Jeremy y Fabián se dieran cuenta al mismo tiempo de que algo andaba mal.

En el momento en que el coche pasó por delante de sus ojos, también vieron a Lillian empujando su inocente y bonita cara por la ventanilla del asiento trasero. Ella golpeaba continuamente la ventanilla del coche con ambas manos.

Esta escena apareció ante los ojos de Jeremy y Fabián, y los dos gritaron de la misma manera con sus voces llenas de ansiedad y angustia: "¡Lillian!".

El coche se movió, y no pudieron olvidar la mirada impotente y esperanzada de Lillian del segundo anterior.

Fabián pudo escuchar el significado más profundo de las palabras de Jeremy. Bajó los ojos y esbozó una triste sonrisa.

"No he tenido ninguna amiga que me tratara con sinceridad desde que era joven. Aparte de mi hermano, Paul, nunca he sentido nada en este mundo que pudiera reconfortarme".

"Eso fue hasta que conocí a Lillian. Su sonrisa inocente me hizo sentir una calidez especial".

"Entonces, ¿qué estás diciendo?", preguntó Jeremy, insatisfecho. "¿No me digas que te gusta mi hija? Fabián, ¡mi hija solo tiene cinco años!".

Los ojos apagados de Fabián se iluminaron de repente al escuchar las palabras. "No soy tan pervertido. Solo creo que sería genial tener una hermana como Lillian".

Desde luego, si a Lillian no le importaba que él fuera 14 años mayor que ella, estaría encantado de esperar a que creciera.

Sin embargo, Fabián no se atrevía a decir esto delante de Jeremy.

Si lo hacía, estaba casi seguro de que Jeremy lo echaría del coche.