Esposa Pecadora romance Capítulo 1167

Jeremy y Fabián no se esperaban el comportamiento demente del hombre.

Al ver en seguida el coche rodeado de fuego, Jeremy y Fabián corrieron hacia Lillian al mismo tiempo.

El corazón de Jeremy parecía estar suspendido desde una altura de 3000 pies. Sus ojos estaban rojos cuando miró a la niña que se había quedado en su sitio por su frialdad.

Solo estaban a unos pasos de distancia, pero era como si estuvieran separados por miles de montañas y ríos.

Jeremy se apresuró a acercarse, pero de repente, el coche explotó violentamente.

"¡Lillian!", gritó Fabián histéricamente.

El pequeño cuerpo de Lillian salió disparado por la explosiva corriente de aire. La mirada de Jeremy se quebró mientras se apresuraba en atrapar a Lillian que estaba a punto de caer al suelo.

"¡Lillian!".

Él atrapó a la niña en sus brazos.

"¡Lillian! ¡Lillian!".

La niña parpadeó débilmente con sus grandes y redondos ojos. Mirando al hombre frente a ella, su pequeña boca se movió.

"Papito".

Aunque no salió ningún sonido de la boca de la niña, Jeremy lo vio. Lo estaba llamando 'papito'.

La visión de Jeremy se volvió borrosa en un instante, y la niña cerró los ojos. Ella finalmente se desplomó en sus brazos y se desmayó.

"¡Lillian, Lillian!".

Jeremy abrazó a la niña apresuradamente, pero cuando tocó la espalda de la niña, sintió una sensación pegajosa. Levantó la mano y vio la sangre roja y brillante que la manchaba.

"¡Lillian!".

Las lágrimas de Jeremy brotaron de repente de sus ojos.

Fabián también se apresuró en acercarse con los ojos febriles. "¡Lillian! ¡Por favor, vuelve! Me prometiste que serías mi novia cuando crecieras, ¡Lillian!".

"¿Cuánto tiempo va a tardar? ¿Dónde están los remedios de desintoxicación?", preguntó Madeline impacientemente.

Ryan, en cambio, se mostró pausado. "Antes de llegar a tu destino, deberías tomar una siesta".

Madeline no entendió el significado de las palabras de Ryan, pero entonces sintió un toque frío que provenía de la ventilación del aire acondicionado.

En pocos segundos, Madeline sintió que el cielo giraba a su alrededor.

Esta sensación era exactamente la misma que la de aquella vez cuando se había desmayado en el hotel.

Madeline frunció el ceño. Estiró la mano y agarró bruscamente el brazo de Ryan. "Ryan, tú...".

Después de decir unas pocas palabras, Madeline perdió el conocimiento de inmediato.

Ryan miró a Madeline, que se había quedado dormida, y luego giró el volante con decisión. Dando la vuelta al coche, condujo de regreso.

Madeline no supo cuánto tiempo había dormido hasta que escuchó que alguien la llamaba por su nombre.