Esposa Pecadora romance Capítulo 1176

Durante su primer encuentro, la niña incluso lo besó con una mirada inocente.

Sin embargo, ella lo odiaba en ese momento.

Era la primera vez que Fabián se sentía así de decepcionado.

No tenía ningún motivo oculto con Lillian y trataba sinceramente de protegerla y proporcionarle más amor y cuidado.

Sin embargo, después de pensarlo de nuevo, se dio cuenta de que Lillian podría no ver las cosas de la misma manera. ¿Quién era él para Lillian?

‘¿Por qué iba a importarle mi preocupación?’, pensó Fabián para sus adentros.

Madeline estaba hablando por teléfono en el piso de arriba. Cuando escuchó la conmoción, bajó las escaleras rápidamente.

Karen estaba consolando a Lillian mientras regañaba a Fabián: "Me pregunto de dónde ha aparecido esta escoria. Hasta tiene las agallas de secuestrar niños".

‘¿Secuestrar niños?’.

Madeline miró hacia la entrada principal y se fijó en Fabián.

Madeline era consciente de la actitud de Fabián hacia Lillian y trató de explicarle a Karen: "Mamá, lo conozco. Él nunca secuestraría a Lillian. Además, a Lillian le encanta jugar con él".

Karen no se lo creía. "¿Cómo es posible que a Lillian le encante jugar con él? Hace un momento vi con mis propios ojos como Lillian luchaba por liberarse de sus brazos. En cuanto esa escoria la soltó, ella vino inmediatamente hacia mí".

Madeline se sintió perturbada después de escuchar lo que dijo Karen.

"¿Es eso cierto, mamá? ¿Lillian no quería jugar con él?", cuestionó.

Karen asintió. "¿Crees que te mentiría?".

Por supuesto, Madeline no creía que Karen le mentiría. ‘Pero si ese es el caso...’.

Se acercó a la inocente niña y se puso de rodillas. "Lillian".

Lillian asintió, como si le estuviera respondiendo a Madeline.

Madeline tocó la cara de la niña. "Lillian, me aseguraré de ayudarte a que vuelvas a ser como antes".

Le hizo una promesa. Cuando Jeremy regresó de resolver unos asuntos, ella le explicó todo.

Sin embargo, tras la visita al psicólogo, el médico no detectó ningún problema en la pequeña.

A Jeremy le dolía ver a Madeline tan ocupada. Después de cenar, Jeremy convenció a Madeline de que se acostara más temprano para descansar un poco.

Madeline estaba efectivamente agotada. Estaba preocupada y solo durmió unas horas antes de despertarse por la mañana.

Miró al hombre que estaba a su lado, profundamente dormido, y sacó con cautela el segundo frasco de reactivo de su bolso.

Anteriormente, ella tomó dos gotas para realizar un experimento. No afectaría a su uso.

Adam dijo que, para estar seguros, era mejor usarlo una vez a la semana. Esa ya era la segunda semana.

La razón principal por la que seguía las órdenes de Adam era porque Madeline había notado que Jeremy había dejado de toser últimamente y los investigadores del laboratorio también aclararon que los elementos del reactivo eran seguros de usar.

Madeline preparó el reactivo y luego se dirigió a la cabecera de la cama antes de levantar suavemente la mano de Jeremy para buscar una vena.

Jeremy abrió lentamente los ojos y vio cómo Madeline le inyectaba el líquido. La miró en silencio mientras soportaba la sensación de frío glacial que se extendía por todos los rincones de su cuerpo. A continuación, se produjo un intenso dolor.

Madeline, que estaba presionando lentamente el émbolo de la aguja, se detuvo de repente al sentir que una mirada familiar la observaba. Su corazón empezó a latir con fuerza. Levantó la mirada y se encontró con los profundos ojos de Jeremy.