Esposa Pecadora romance Capítulo 1177

El corazón de Madeline dio un vuelco porque no esperaba que Jeremy se despertara.

Apretó el émbolo y le inyectó todo el líquido a Jeremy antes de sacar rápidamente la aguja.

Nerviosa, escondió la aguja detrás de ella y pensó en mil formas de explicarle todo a Jeremy.

Jeremy se levantó lentamente, sus impresionantes rasgos parecían somnolientos en ese momento. Ella lo miró a los ojos, que le devolvían la mirada con confusión.

"¿Por qué te has despertado tan temprano, Linnie?".

“...”. Madeline se sintió culpable y evadió su mirada. Estaba confundida.

‘¿No se dio cuenta Jeremy de que le estaba inyectando algo?’.

Madeline supuso que Jeremy no lo había notado.

‘Si lo hubiera visto, me habría preguntado qué estaba haciendo'.

"Tengo que ir al baño", explicó Madeline. "¿Y tú? ¿Por qué estás despierto? ¿Te he despertado?".

Jeremy negó con la cabeza, todavía con cara de sueño. Se tumbó de nuevo en la cama y dijo: "Yo también pensaba ir al baño".

Mientras hablaba, se acurruco en la cama, como si no hubiera ocurrido nada.

Mirando la espalda de Jeremy, Madeline recogió rápidamente la aguja y el reactivo que se había acabado y los tiró a la basura.

Jeremy sintió que su alma se le caía a los pies cuando presenció el gesto de Madeline desde su visión periférica.

Jeremy entró en el cuarto de baño y miró el pequeño pinchazo que tenía en el brazo, pero, sorprendentemente, le pareció bien.

‘Linnie, no importa lo que me inyectes, lo aceptaré con gusto’.

***

Desde que Madeline comenzó a inyectarle a Jeremy las dosis del reactivo antitoxinas, observó con detalle cualquier reacción que se pudiera producir en el cuerpo de él.

Al llegar al hospital, Lillian seguía junto a Madeline. No se preocupaba por Jeremy. Era como si lo viera como un extraño.

Ese médico también era el anterior médico de cabecera de Lillian. Ver a Lillian ignorando a Jeremy hizo que el médico también se asombrará. Sin embargo, tuvo la paciencia suficiente para interrogar a la niña. "Oye, pequeña, ¿sabes quién de nosotros es tu madre?".

Lillian entendió lo que el médico le estaba preguntando. Descartó por completo a la enfermera que estaba al lado y, sin pensarlo, abrazó con fuerza a Madeline mientras apoyaba su cabecita en el cuerpo de su madre.

‘Es tan claro como el cielo que la niña piensa con claridad. Sabe que Madeline es su madre', pensó el médico.

El médico volvió a preguntar: "Entonces, ¿qué hay de tu padre? ¿Me lo puedes señalar?".

El corazón de Jeremy empezó a latir con fuerza contra sus costillas después de que el médico le hiciera esa pregunta a la pequeña.

Miró a la obediente niña deseando que ella se acercara a él. Sin embargo, al cabo de unos segundos, no solo no vio a la niña caminando hacia él, sino que la niña ni siquiera lo miró.

Jeremy se sintió como si hubiera caído en un abismo helado. Esa sensación de escalofrío que le recorría la columna vertebral era un sentimiento que solo él podía experimentar.