Esposa Pecadora romance Capítulo 1187

Madeline gritó para detenerla, pero ya era demasiado tarde.

¡Aquella mujer estaba decidida a tirar el antídoto!

Madeline saltó para agarrar la botella, pero esta salió volando por el balcón y cayó al suelo.

Alargó la mano para tomarlo, pero solo agarró el aire. "¡No!".

Al ver la escena desde la pequeña ventana de la puerta, Jeremy abrió la puerta de golpe y corrió hacia Madeline.

La mujer con gafas de sol se sorprendió al ver a Jeremy entrar a toda prisa.

Al ver que Jeremy no se había dado cuenta de su presencia, se sintió aliviada pero también disgustada.

Jeremy salió disparado hacia el lado de Madeline y la atrajo hacia sus brazos, conmocionado, al ver cómo alargaba la mano intentando alcanzar el antídoto.

"¡Linnie! ¿Qué estás haciendo?". Jeremy llevó sus manos a la cara de Madeline mientras el dolor se arremolinaba en sus ojos. La miraba con ojos frenéticos y enrojecidos. "¿Qué pasa? ¿Por qué estás tan nerviosa?"

Madeline no pudo responder a la pregunta de Jeremy. Lo apartó y, ignorando la herida de su pierna, salió corriendo.

Jeremy se dio la vuelta y vio que aquella mujer había desaparecido.

Sin pensarlo demasiado, corrió tras Madeline.

El cielo se había oscurecido hacía tiempo y las escasas farolas apenas podían iluminar su entorno.

Madeline parecía haber olvidado el hecho de que era una paciente mientras corría hacia la zona situada justo debajo de su sala de hospitalización. Haciendo caso omiso de su herida y de la suciedad, comenzó a hurgar en el parterre.

No había viento y considerando el peso de la botella, era imposible que hubiera caído muy lejos.

Tenía que estar allí en alguna parte.

Madeline levantó la vista y, por un momento, se dio cuenta de que no tenía ni idea de en qué piso se encontraba su habitación.

Sin poder decidirlo, su única opción era rezar para que el antídoto hubiera caído en el parterre. Porque si hubiera caído al suelo, el frasco estaría hecho añicos.

Le rodeó la cintura con un brazo y trató de llevársela.

"¡No me voy!", lo rechazó Madeline y lo empujó de nuevo. "¡Déjame en paz!".

Jeremy no sabía de dónde sacaba Madeline su fuerza. El empujón casi lo hizo perder el equilibrio y lo hizo tambalear hacia atrás.

Madeline volvió al parterre y se agachó para seguir buscando.

Incapaz de soportar la escena, Jeremy se acercó de nuevo a ella para cargarla. "¡Linnie!".

Madeline estaba enfadada mientras empujaba a Jeremy con fuerza. "¡Te he dicho que me dejes en paz por ahora! ¡Vete!".

Jeremy se quedó detrás de Madeline sintiéndose perdido. No podía imaginar que un día ella estaría tan enfadada como para empujarlo.

Su corazón, ya desgastado, se sentía como si se hubiera hecho pedazos mientras la sangre empezaba a inundar su pecho. Sus brazos y piernas se enfriaron.

A Madeline no se le había ocurrido que se había pasado de la raya con sus palabras y acciones. Lo único que le importaba en ese momento era el reactivo.