Esposa Pecadora romance Capítulo 1272

"¡Linnie tuvo que estar por aquí hace poco! ¡Me ha visto!".

Jeremy no se molestó por el semáforo en rojo. Siguiendo su instinto y sentido común, y cruzó la carretera rápidamente.

"Jeremy. Mmm...".

Madeline estaba a punto de hacer un poco de ruido cuando Ryan le tapó la boca.

Ella vio al hombre que se acercaba lentamente a ella y levantó su mano para golpear la ventana del coche haciendo su mejor esfuerzo para que Jeremy pudiera escucharla. Sin embargo, Ryan continuó deteniéndola agarrando sus dos manos.

Él sostuvo a Madeline con fuerza entre sus brazos para impedir que se resistiera.

"No va a ser nada bueno si te ve". La fría voz de Ryan se escuchó desde atrás. "¿Has olvidado con quién nos vamos a encontrar ahora?".

Él le recordó. En cuanto terminó de hablar, pudo sentir que Madeline ya no intentaba batallar e ir contra él.

Sus puños, que al principio intentaban golpear la ventana del coche, se aflojaron poco a poco y, finalmente, bajó las manos impotentemente.

Los ojos de Madeline estaban llorosos mientras miraba la silueta imponente de Jeremy que se acercaba lentamente. Estaban a menos de tres metros de distancia, pero ella sentía como si estuvieran separados por un muro invisible. Por mucho que estirara los brazos, no sería capaz de tocarlo.

"¡Linnie! ¡Linnie! ¿Dónde estás?". Jeremy se paró en la calle y le gritó al aire a ciegas.

Madeline no pudo evitar que se le cayeran las lágrimas.

'Jeremy, estoy justo delante de ti, pero no puedo extender mis brazos hacia ti’.

"¡Linnie!".

Jeremy seguía gritando mientras sus ojos brillaban con un sinfín de preocupaciones y ansiedad.

Madeline vio la expresión ansiosa y temerosa de Jeremy. Se dio cuenta de las ganas que él tenía de encontrarla y verla.

Ella se acordó del tipo de hombre que era Jeremy. En ese momento era como un niño grande que había perdido el sentido de la orientación después de perder su tesoro, lo que lo llevó a terminar en la calle. La idea de eso la hizo sollozar.

"¡Linnie!".

Los gritos de Jeremy golpearon fuertemente a Madeline, y sintió como si su corazón se dividiera en dos. Le dolía tanto que no podía ni respirar.