Esposa Pecadora romance Capítulo 1438

Sus preciosos ojos estaban llorosos y enrojecidos, llenos de ansiedad.

"Jeremy, ¿me vas a echar la culpa?".

"¿Cómo podría culparte, tonta?", la consoló Jeremy, pero no se sintió conmovido al ver las lágrimas que estaban a punto de brotar de esos grandes ojos que tenía delante.

Antes, se sentía incómodo incluso si Madeline fruncía el ceño.

Sin embargo, en ese momento, no sentía ningún cambio en sus emociones incluso cuando Madeline estaba a punto de llorar.

Jeremy se sintió preocupado, pero sin pensarlo más, siguió consolándola con gentileza. "No te preocupes, es solo un anillo. Más tarde, te compraré otro. Ahora mismo, horneemos un pastel juntos".

Madeline sonrió de repente. "Realmente me tratas muy bien, Jeremy".

"Eres mi esposa. Si no te trato bien, ¿a quién voy a tratar bien?". Jeremy sonrió. Justo cuando estaba a punto de hacer el pastel con Madeline, sonó su teléfono. "Linnie, iré a contestar esta llamada primero".

"Está bien". Madeline asintió y se quedó mirando la espalda de Jeremy. Poco a poco, una sonrisa victoriosa apareció en su rostro.

Ella miró a los tres niños pequeños a su lado. Lillian era muy tierna y se aferraba a Pudín, que aún estaba aprendiendo a hablar. Por otro lado, Jackson la miraba fijamente.

Madeline desvió la mirada con desdén. Ni siquiera se preocupaba por la curiosidad que sentía Jackson.

Para ella, un niño de unos cinco o seis años era como un juguete que no representaba ninguna amenaza.

En cambio, pensó en la mirada de Jeremy cuando estaba tan preocupado por su caída. Aquella mirada la conmovió. Incluso llegó a pensar en enamorarse de él.

Después de todo, los hombres perfectos como Jeremy siempre atraerán a las mujeres. Ella era solo una mujer común y corriente que no podía evitar sentirse cautivada.

'Linnie no parece la misma. ¿Será solo un malentendido?'.

...

En una habitación sin luz, Madeline se despertó mareada.

Pensando en el incidente que había ocurrido antes de desmayarse, se levantó enseguida. Con la poca luz que entraba por la ventana, trató de encontrar la entrada. Casualmente, la puerta que tenía delante se abrió de repente.

Había una luz que iluminaba directamente el interior. Madeline sintió que le dolían los ojos. Cerró los ojos y, cuando los volvió a abrir, vio a un hombre con un cuerpo enorme que entraba por la entrada con la espalda orientada hacia la luz.

A Madeline le resultó bastante familiar esa silueta. Justo cuando intentaba mirar bien, se escuchó la voz suave y gentil del hombre. "Eveline, no esperabas que nos volviéramos a encontrar, ¿verdad?".