Esposa Pecadora romance Capítulo 1437

Jeremy alzó la vista y miró hacia ella. Sus ojos almendrados y profundos reflejaban la imagen de aquella sonrisa brillante y la carita que parecía tan bonita como una obra de arte.

"¿No has dicho que hay muchas cosas en el trabajo esperando a que las resuelvas y que volverás a casa tarde? ¿Por qué estás ya en casa?". Madeline sostenía la bolsa de la compra que estaba llena de comida. Se cambió los zapatos y caminó hacia él. "Si hubiese sabido que volverías temprano, no habría ido al centro comercial. También podría haberte pedido que fueras a buscar los artículos por mí".

Jeremy vio que la dama que tenía delante se acercaba lentamente a él y se quedó distraído un momento antes de esbozar una amable sonrisa.

"Siempre puedes enviar a los criados a comprar estas cosas. Eres la señora de la familia Whitman. No tienes que hacer personalmente todas estas cosas insignificantes".

"¿Cómo podría hacerlo? Quiero esforzarme personalmente por los niños", dijo Madeline mientras sonreía y miraba a Eloise y Karen. "Mamá, me voy a la cocina. En un rato, todos tendrán pastel para comer".

"Muy bien". Karen asintió. En estos días, ella siempre estaba encantada cuando veía a Madeline. Antes de esto, solía estar insatisfecha con Madeline y también la rechazaba. Actualmente, estaba muy satisfecha.

Eloise parecía tranquila al ver la cara sonriente de Madeline.

"Queridos, les voy a preparar un pastel a todos para que lo coman". Madeline se agachó y tocó la cabeza de Jackson. Luego se giró, pero antes de que pudiera dar un paso, se volteó de nuevo. "Jeremy, ¿por qué no la hacemos juntos?".

"Yo también pensé lo mismo". Jeremy se giró para mirar a Jackson y le tendió la mano a Lillian. "Lillian, ven y síguenos".

Lillian extendió su hermoso y pequeño brazo y lo colocó en la palma de Jeremy. Sin embargo, sus grandes ojos brillaban con curiosidad al mirar a Madeline.

Madeline sonrió con gentileza y le ofreció la mano a Jackson. "Vamos, Jack. Sígueme".

Jackson vio a Madeline que sonreía frente a él y estiró la mano de manera indecisa. "¿Dónde está el collar de cristal morado, mami? Mami, tampoco llevabas esta falda cuando saliste".

Cuando Jeremy escuchó el comentario de su hijo, su par de ojos profundos miraron a la señora que tenía delante.

"¿Collar de cristal morado?".