Esposa Pecadora romance Capítulo 1450

"Amigo, no te dejes engañar. La gente mala hoy en día se parece mucho a la gente buena. Tú y tu hermana aún son jóvenes, así que no le crean a los extraños tan fácilmente".

El guardia los educó y les dio una lección seriamente. Luego se dio la vuelta con Lillian en sus brazos. Pero antes, se acordó de Jackson.

"Amigo, vuelve conmigo ahora. Es casi la hora de que comiencen las clases".

Jackson no quería que el guardia se preocupara por él, así que asintió con la cabeza. Caminó rápidamente hacia Fabián y levantó su apuesto rostro.

"Toma, te devuelvo esto. Mi hermana no lo quiere". Jackson extendió la mano para devolverle la caja.

Fabián miró la caja que le habían regresado, y sonrió decepcionado y a la vez frustrado antes de tomarla de regreso.

Él se dio la vuelta para mirar a Lillian, quien se resistía a él e incluso quería huir de él. Entonces, apretó su agarre alrededor de la caja mientras una pizca de arrepentimiento aparecía en sus ojos.

"Lily, esta podría ser la última vez que te vea".

"No tendré la suerte de esperar a que crezcas ni tengo derecho a cuidar de ti mientras creces. Lily, espero que te mejores, y si tenemos la oportunidad de vernos en el futuro, espero que puedas hablar para entonces".

Fabián tomó la caja en su mano. "Esta es la felicidad que me diste cuando nos conocimos. Ahora te devuelvo esta felicidad y espero que seas feliz para siempre, Lily".

Fabián puso la caja en la mano de Lillian. Lillian levantó sus ojos cristalinos y miró fijamente a Fabián.

Fabián mantuvo su sonrisa tan cálida como la brisa primaveral. "Lily, adiós".

Tras decir eso, se dio la vuelta y se retiró sin detenerse.

Jackson dio un paso adelante y preguntó mientras le miraba la espalda de Fabián: "¿Te estás marchando?".

Fabián no dejó de caminar. Solo se dio la vuelta para mirar a Jackson y le sonrió con amabilidad antes de continuar su camino.

Ryan se dio la vuelta y sonrió al ver la fría mirada de Madeline. "Diez minutos. Te doy diez minutos para esconderte. Si no te encuentro dentro de media hora, entonces ganas".

Madeline no esperaba que esto fuera un juego del escondite.

"Muy bien, pon el reloj en marcha ahora”, aceptó Madeline de inmediato.

"¿Estás segura de que puedes vencerme?". Ryan miró la casa que tenía delante y luego el mar que les rodeaba. Él se sentía confiado.

Sin embargo, la confianza en los ojos de Madeline era aún más firme y descarada. "Pronto sabrás si puedo vencerte".

De repente, Ryan sintió que esto era muy interesante.

Él sonrió y caminó hacia la playa antes de darse la vuelta. Miró la hora. "El juego comienza ahora".