Esposa Pecadora romance Capítulo 1566

Cathy se sorprendió. Felipe levantó rápidamente la mano y cubrió suavemente la boca de Cathy.

Sin embargo, su repentino y gran movimiento, obviamente, afectó su herida.

Felipe frunció el ceño, pero aún así, estiró las comisuras de sus labios para dedicarle una amable sonrisa a Cathy.

"No tengas miedo. Solo soy yo".

Él habló, pero su tono sonaba un poco débil.

Cathy apartó la mano de Felipe y retrocedió dos pasos.

Cuando Felipe vio lo asustada que ella estaba, se sintió un poco descorazonado.

Cuando él se acordó de cómo se veía aquella mujer en sus brazos cuando estaba muriendo y se estaba desangrando, no pudo evitar sentir que se le salían las lágrimas.

Cathy vio la tristeza en el rostro de Felipe. Ella sintió curiosidad y sintió débilmente como si su corazón estuviera siendo fuertemente apretado por algo.

"¿Por qué lloras?". Cathy no pudo evitar preguntarle esto.

Felipe frunció sus finos labios y levantó las comisuras de sus labios pálidos.

"Soy feliz". Él sonrió ligeramente mientras miraba profundamente a la persona que tenía delante. Él quería decirle que se alegraba de verla. También quiso decir que no se arrepentía de haberse dejado salvar por ella, pero al final, Felipe no dijo absolutamente nada.

"Gracias por tu ayuda. Si no me hubieras salvado, podría estar muerto ahora mismo". Felipe le dio las gracias. "Ya no es un gran problema, así que me iré".

Cuando Cathy vio que Felipe se daba la vuelta con el cuerpo cubierto de heridas, ella no dudó y se acercó a él. "¿A dónde vas a estas horas? Esas personas que te hirieron pueden seguir cerca, por lo que estarás en peligro cuando salgas".

Felipe detuvo sus pasos, y sus ojos oscuros brillaron con la luz de las estrellas.

Él no esperaba volver a verla preocupada por él.

"Aunque quieras salir, deberías esperar hasta que amanezca". Cathy caminó hacia Felipe y se puso delante de él. "Mañana por la mañana, deja que Adam revise tus heridas de nuevo antes de que te vayas".

En el fondo, Felipe quería conectarse más con Cathy, pero no quería perturbar su tranquila vida.

"Ve y descansa", le recordó Cathy de nuevo.

Felipe se quedó paralizado por un momento y, finalmente, se dio la vuelta obedientemente.

El niño asintió y parpadeó con sus grandes ojos de aspecto puro.

Felipe frunció sus labios y sonrió débilmente. Cuando estaba a punto de preguntarle a la hermana por su nombre, Adam se acercó de repente para detenerlo rápidamente.

"¡Felipe, aléjate de mi niña!", dijo Adam con seriedad y se dio la vuelta antes de hablar en voz baja con el pequeño: "Juan, vete al estudio con tu hermana".

Los dos niños no sabían lo que estaba pasando, pero siguieron las órdenes de Adam y se fueron.

Felipe miró las espaldas de los dos pequeños y separó los labios ligeramente. "No tengo mala intención".

"No me importa que tengas mala intención. Después de desayunar, márchate inmediatamente", dijo Adam con frialdad.

Cathy, quien acababa de bajar las escaleras, se sorprendió y se detuvo al ver lo enojado que estaba Adam.

Ella pensó que Adam y Felipe estaban discutiendo, pero cuando quiso saber qué estaba pasando, escuchó que Adam le advirtió a Felipe de repente con seriedad.

"Ríndete, Felipe. No dejaré que Cathy regrese contigo jamás".