Esposa Pecadora romance Capítulo 1665

Ella no podía creer que lo que estaba viendo fuera real.

Shirley alzó su mano lentamente para empujar la puerta y abrirla. La figura ante sus ojos se volvió más clara, por lo que estaba segura de que no estaba imaginando cosas.

En ese instante, la nieve sobre sus hombros comenzó a calentarse.

Shirley cerró la puerta con cuidado y, cuando estaba a punto de decir algo, el hombre que estaba de pie frente a las ventanas francesas se giró de repente.

Estaba anocheciendo y nevando, por lo que la habitación estaba oscura, pero Shirley sintió que había una luz anormalmente hermosa que envolvía al hombre que tenía delante.

"Ya que te atreves a venir a buscarme así, significa que lo has conseguido, ¿verdad?", preguntó Carter con un tono gélido. Moviendo sus piernas largas, se dirigió al escritorio. Luego colocó el marco de fotos en su mano sobre la mesa de forma inconsciente.

Shirley se dirigió directamente hacia él. "Ya lo he hecho. Jeremy ha accedido a conseguir que me una a ZF en Glendale".

"No está mal", la elogió Carter inconscientemente. "Sin embargo, si tu hermano desarrolla con éxito un reactivo antitoxinas que sea capaz de controlar esto, el plan se arruinará. ¿Me entiendes?".

"¡No lo hará! Adam... Adam no será capaz de encontrar una manera de controlar esto en tan poco tiempo. Incluso si finalmente lo hace, nuestro plan habría tenido éxito para ese entonces".

"No es nuestro plan", la corrigió Carter. Sus ojos carentes de emoción recorrieron el rostro de Shirley.

Él pudo ver la soledad en los ojos de Shirley. Por alguna razón, se sintió emocionado.

Era una emoción, ¿no?

"¿Viste a Jeremy a solas hace un momento?", preguntó Carter fríamente y se dirigió hacia la puerta.

Shirley lo siguió. "Hemos hablado frente a la entrada del hotel".

"Estuvieron hablando en medio del viento frío y la nieve que caía. Qué romántico. Supongo que no has olvidado los hermosos momentos que pasaste con él en ese medio año, ¿verdad? Dijiste que lo tratabas como un experimento, pero en tu corazón, eres reacia a que le hagan daño. ¿Tengo razón?".

Después de decir eso, Carter salió del dormitorio.

"...".

La sonrisa que por fin apareció en el rostro de Shirley desapareció una vez más.

Ella miró a Carter. Su robusto espíritu heroico, su perfecta figura, y su rostro que no tenía calidez, eran como un trozo de hielo: solo había frialdad.

"Carter, tú no eras así antes".

"Sí, no era así antes. No sé cuándo empezó esto", dijo Carter profundamente. De repente, su gélida mirada opacó la de Shirley.

"Shirley, acuérdate, deja de meterte en mis asuntos. Ahora solo eres una pieza de ajedrez para mí", le advirtió. "La razón por la que te acogí y te crié entonces era para poder utilizarte en la actualidad, ¿entiendes?".

A Shirley le dolía el corazón al escuchar las crueles palabras del hombre. Sin embargo, sonrió generosamente.