Esposa Pecadora romance Capítulo 1668

"...". El guardaespaldas se quedó sin palabras por un momento, pero tampoco sabía dónde colocar a Shirley.

El viejo mayordomo hizo un gesto inmediatamente. "Acompáñeme al piso de arriba, a la habitación de la Señorita Jenny".

El guardaespaldas asintió y cargó a Shirley hacia el segundo piso según las órdenes del viejo mayordomo.

"Paren". Carter los detuvo con voz fría. "¿Estás confundido sobre quién es tu amo? Si lo estás, puedes marcharte de inmediato".

"...".

"...".

El guardaespaldas y el viejo mayordomo se quedaron sorprendidos.

El guardaespaldas pensó que podría perder su trabajo si no bajaba a Shirley en ese mismo momento, así que se dirigió al sofá, dispuesto a arrojar a Shirley al mismo.

Justo cuando iba a hacerlo, vio que Carter se acercaba a él.

"Señor Carter, voy a bajar a esta mujer ahora", explicó el guardaespaldas. Era un hombre grande, de casi 1,9 m de altura, pero parecía temblar de inquietud ante Carter.

Carter no dijo nada, solo miró fríamente con recelo al guardaespaldas. Él luego extendió sus brazos, sacó a Shirley de los brazos del guardaespaldas, y se dio la vuelta para dirigirse directamente hacia las escaleras.

El guardaespaldas y el viejo mayordomo intercambiaron una mirada. Ambos estaban confundidos por la acción de Carter.

Carter llevó a Shirley de regreso al dormitorio donde ella solía quedarse. La cama era muy suave y grande, e incluso olía a sol, lo que indicaba que las criadas siempre habían cuidado de esa habitación.

Las criadas entraron para ayudar según las órdenes del mayordomo. Sin embargo, en cuanto entraron en el dormitorio, vieron a Carter, con una expresión fría como un trozo de hielo, quitándole el abrigo y la ropa a Shirley, quien quedó solo con su ropa interior.

Este grado de acercamiento le pareció muy ordinario a Carter, pero las dos sirvientas se sonrojaron un poco mientras se desarrollaba la escena.

El médico de la familia de Carter, exclusivamente reservado para la realeza, no tardó en llegar. Tras examinar a Shirley, dijo que no había nada grave, que solo tenía un resfriado y fiebre, y que su temperatura corporal era un poco alta.

Sin embargo, no estaba preocupada por su cuerpo. Conocía el arte de la curación, así que este pequeño problema no era nada para ella.

Cuando Shirley estaba a punto de levantarse y salir de la cama, Carter la agarró de repente por la nuca.

Los preciosos ojos de Shirley se abrieron de par en par, sorprendidos, mientras dirigía su mirada al rostro inexpresivo de Carter.

Con la palma de la mano de Carter en la nuca, ella pudo sentir que la frialdad incomparable penetraba en su piel febril, como si congelara su cuerpo instantáneamente.

"¿Carter?".

Confundida, Shirley miró a Carter, cuya expresión se volvía cada vez más fría. Ella se disculpó con él rápidamente.

"Puedo caminar por mi cuenta. No te traeré ningún problema. Por favor, no te enfades".

"No quieres hacerme enfadar, ¿eh? Eso suena bien, pero si ese es el caso, ¿qué fue lo que hiciste en aquel entonces?".