Esposa Pecadora romance Capítulo 1734

Ante la insistencia de Jeremy, Madeline no hizo más preguntas. Ella sacó rápidamente el reactivo antitoxinas que guardaba en su bolsillo y se lo entregó a Jeremy.

Jeremy lo tomó justo cuando Carter salía de la entrada.

El hombre vio inmediatamente a Jeremy y a Madeline, y se acercó directamente.

Desvió la mirada hacia el frasco de reactivo antitoxinas que estaba junto a Jeremy. Al ver los trozos rotos del frasco, los ojos de Carter tuvieron una mirada alegre, pero luego se volvieron aún más sombríos.

“Jeremy, ese era el único frasco de reactivo antitoxinas disponible que podía ayudar a Madeline, y ahora se ha hecho añicos. Ahora, no podrás hacer más que ver el sufrimiento de tu amada. A menos que liberes a Shirley. Ella entonces tendrá tiempo para desarrollar el reactivo antitoxina”.

Tras escuchar las palabras de Carter, Jeremy se levantó tranquilamente.

Madeline se levantó también. Quitó ligeramente los copos de nieve del abrigo de Jeremy, mirando el frasco destrozado a los pies de Jeremy con una expresión seria.

“Carter, todavía te atreves a ser tan arrogante. Puesto que ya nos has investigado a fondo a Linnie y a mí, deberías saber que nunca arriesgaría la seguridad de mi esposa”.

Jeremy se acercó a Carter. Los ojos de Jeremy ardían de ira a pesar del frío invernal.

“A decir verdad, nunca quise dejar ir a Shirley. Eso no es todo. Incluso la había encerrado en el sótano sin comer ni beber durante toda la noche”.

Carter frunció las cejas. “¡Jeremy!”.

“Esa mujer ha desarrollado algo tan retorcido y dañino para perjudicarnos a Linnie y a mí. ¿Crees que seguiría siendo amable con ella? Incluso si la torturara de verdad, ella solo estaría recibiendo su merecido”.

“Tú...”. La boca de Carter se volvió una línea dura, y una mirada de rencor apareció en sus ojos.

“No he terminado”, interrumpió Jeremy a Carter fríamente, los ojos profundos y seductores de Jeremy eran más imponentes que los de Carter. “Si no fuera por la insistencia de mi esposa, ni siquiera habría dejado que esa vil mujer durmiera cómodamente en la habitación de invitados de la villa. Una despreciable fracasada como ella, que solo ve la vida de los demás como experimentos, no es digna de ninguna simpatía”.

Una mujer vil.