Esposa Pecadora romance Capítulo 1779

Después de terminar de limpiar la casa y descansar, Madeline llamó a todos los amigos que conocía en el País F y les pidió información sobre Fabián.

Madeline había pensado que esto podría ser difícil porque Fabián mantenía un perfil mucho más bajo que Yorick y Lana en el País F.

Sin embargo, cuando Madeline mencionó el nombre de Fabián, no solo todos estaban familiarizados con el nombre, sino que casi todos se lamentaron al hablar de Fabián.

“Ah, Fabián ha estado muy activo en el País F durante los últimos seis meses. Parece provenir de una familia con un origen poderoso".

“¿Fabián Johnson? Lo conozco. Su hermano Yorick podría considerarse como una persona de cierto estatus en el País F. Sin embargo, Fabián no es igual que su hermano. Me agrada ese chico".

“¿Te refieres al señor Johnson? Trabajé con él en un proyecto antes. Él es muy decidido y capaz en su conducta. No parece un joven de veinte años en absoluto”.

Madeline sostuvo el celular mientras escuchaba a la gente al otro lado de la línea comentando sobre Fabián. De repente, ella sintió como si el Fabián que mencionaron no fuera el hombre que había conocido en el pasado.

En los últimos seis meses, Fabián parecía haber cambiado mucho. Se podría decir que era una persona completamente diferente en ese momento.

Si realmente había cambiado, ¿podía significar que Lilian estaba en peligro?

De repente, Madeline no sabía qué pensar sobre Fabián, pero en su memoria, la sonrisa radiante y amistosa de Fabián todavía estaba frente a ella.

A pesar de toda la información que Madeline había reunido sobre la situación actual de Fabián, nadie sabía dónde vivía Fabián.

Sin embargo, Madeline todavía obtuvo una pista importante.

Madeline se acostó temprano esa noche. A la mañana siguiente, siguió la dirección que le dieron y llegó a cierto edificio de oficinas en el centro de la ciudad.

Todavía era temprano, así que Madeline se sentó en el vestíbulo del edificio y esperó.

Alrededor de las 8:30 a.m., el personal comenzó a fluir por la entrada mientras realizaban su trabajo. Madeline mantuvo la mirada en la dirección de la entrada todo el tiempo, esperando que apareciera la figura familiar.

Él no tenía la intención de huir, sino que le dio a Madeline, quien se acercaba a él a grandes zancadas, una mirada desapasionada.

“Fabián, ¿dónde está mi hija? ¿Dónde está ella?", preguntó directamente Madeline.

Fabián vio la mirada impaciente en el rostro de Madeline y dijo con calma: "Ella está bien".

Él respondió con dos simples palabras.

"¿Bien?". Madeline pensó que esto era ridículo. "Fabián, quiero ver a mi hija".

"No podrá verla", rechazó Fabián, y su expresión era anormalmente fría. “Debería volver a casa ahora, señora Whitman. Solo va a perder el tiempo quedándose aquí. No podrá ver a su hija".

El hombre pasó junto a Madeline cuando terminó de hablar. Sin embargo, incluso antes de dar dos pasos, escuchó la voz fría de Madeline desde atrás.