Esposa Pecadora romance Capítulo 1791

La mirada de Jeremy se posó en la pequeña ventana de la puerta de la sala.

Miró dentro de la sala y vio la delgada espalda de Madeline.

Jeremy sintió un punzón en el corazón e inmediatamente abrió la puerta de la sala.

“Un consejo”.

La voz de Fabián llegó por detrás de Jeremy.

“Ella podría estar agitada, y también podría no ser capaz de reconocerte. Es mejor estar preparado mentalmente”.

Después de escuchar el supuesto consejo de Fabián, Jeremy cerró con cuidado la puerta.

Miró a Madeline, quien estaba abrazando sus piernas y enrollada en el borde de la cama, mientras se dirigía lentamente hacia ella.

“No soy yo. Realmente no hice tal cosa. Jeremy, ¿por qué no me crees…?”.

Cuando Jeremy estaba a medio camino hacia ella, de repente escuchó a Madeline murmurar esa clase de comentarios.

Las palabras que Madeline había dicho eran como una espada afilada que atravesó directamente el corazón de Jeremy.

Sus pasos, que se acercaban a ella, de repente se detuvieron por sí solos mientras seguía oyendo a Madeline murmurar para sí misma continuamente.

“Tú fuiste quien dijo que te casarías conmigo cuando creciera. ¿Por qué tenías que estar tan disgustado conmigo aun cuando no estás dispuesto a casarte conmigo?”.

“¿Por qué no me crees ni siquiera una vez? Me basta con que lo hagas una sola vez”.

“Solo te amo a ti, Jeremy. ¿Por qué tengo que pagar semejante precio por amarte? ¿Por qué crees todo lo que te dice Meredith? Jeremy, ¿por qué…?”.

Jeremy se sintió aún más desconsolado al escucharla.

En ese momento, sintió que ni siquiera tenía el derecho de acercarse a Madeline.

El pasado que no deseaba ver surgió lentamente en su mente. Eran las escenas en las que él le causaba daño.

‘¿Cómo pudiste ser tan cruel, Jeremy Whitman? Realmente eras una persona cruel en aquel entonces. ¿Qué tan frío puedes ser para lastimar cruelmente a una dama que te amaba tanto?’.

“Linnie”.

Madeline se detuvo al oírlo. Ella inclinó rápidamente su cabeza hacia otro lado mientras sus ojos adquirían una mirada que daba la sensación de que se estaba poniendo en guardia.

“¿Quién es usted? Quiero ver a Jeremy. ¿Dónde está Jeremy? Quiero verlo”.

La mano extendida de Jeremy se congeló repentinamente en el aire.

“Linnie, soy Jeremy. ¿Ya no me reconoces?”.

Madeline examinó el aspecto de Jeremy y luego negó con la cabeza con una expresión seria en su rostro. “Tú no eres Jeremy. Jeremy no me saludaría de esa manera. Incluso le daría disgusto mi nombre. ¿Cómo iba a llamarme Linnie? ¿Quién demonios eres tú? ¿Por qué te haces pasar por Jeremy? ¿Meredith te envió aquí? ¡¿Qué quieres?!”.

La actitud de Madeline se volvió más alerta.

Ella se tambaleó al levantarse y trató de evadir a Jeremy, quien se acercaba a ella.

“¿Quiénes diablos son ustedes? ¿Por qué no me dejan salir y me impiden ver a Jeremy? Debe ser Meredith. Ella los envió aquí para que me vigilaran”.