Esposa Pecadora romance Capítulo 1812

"Señor Gray, ¿por qué está tan enojado? Soy simplemente una pieza de ajedrez para usted. Ya que ambos nos estábamos usando mutuamente, y no me importaba esa relación, entonces, ¿por qué estaría molesto por eso? ¿Podría ser que, en el exterior, finges no preocuparte por mí, pero en el fondo, siempre estoy en tu corazón?".

Los ojos de Shirley tenían un indicio de una sonrisa leve mientras miraban fijamente a los ojos de Carter.

Sin embargo, ella tenía sentimientos encontrados. Ella estaba esperando la respuesta de Carter, una respuesta que había anhelado, pero al final, todo lo que obtuvo fue la burla de Carter.

"En mi corazón, ahora solo está mi esposa", respondió Carter.

Shirley apretó furiosamente los puños escondidos en sus mangas.

Esposa.

Él lo había dicho con tanta facilidad.

"Shirley". Los ojos llenos de frialdad de Carter se entrecerraron mientras un aura peligrosa emanaba desde adentro. "Shirley, no dejaré que vivas tu vida como quieras".

El corazón de Shirley tembló abruptamente, pero su rostro continuó sonriendo.

"Lo esperaré, Carter. Esperaré el día en que no me dejes vivir mi vida como deseo".

"Ja".

Carter se rio fríamente, y su palma, todavía agarrando la parte posterior del cuello de Shirley, apretó con más fuerza.

"Aquellos que me traicionan no tienen un buen final. Creo que tienes muy claro cómo murió Ryan".

El corazón de Shirley estaba acelerado. "¿Entonces planeas matarme a mí también?".

"No te dejaré morir". Carter sonrió, pero esa sonrisa escondía una intención siniestra y oscura. "Te haré desear estar muerta".

“…”.

"Shirley, cuando llegue el momento, no vengas a rogar porque será inútil".

Temía que Carter no se hubiera alejado lo suficiente y viera su verdadera apariencia.

Fea y deformada.

'¿Cómo se supone que lo enfrente?'.

Actualmente, la única persona que podía salvarla era su hermano Adam.

Shirley soportó el dolor mientras buscaba apresuradamente su celular, pero se dio cuenta de que su celular se había caído en una esquina del balcón cuando se había trasladado al sofá antes.

No le molestaría el dolor si se caía al suelo. Usó todas sus fuerzas para dejarse caer furiosamente contra el suelo.

¡Bam! Su codo golpeó contra las baldosas frías y duras, lo cual duplicó su dolor.

Shirley reunió sus fuerzas para arrastrarse hacia la esquina del balcón. Extendió su mano larga y finalmente tocó su celular. Con sus dedos temblorosos, buscó aturdida el número de contacto de Cathy. Cuando estuvo a punto de marcarlo, sintió que alguien corría hacia ella desde atrás.