Esposa Pecadora romance Capítulo 1818

Shirley, impresionada por las habilidades de actuación de Ada, sonrió. "El mérito de esto le pertenece a usted, vizcondesa".

"...". La expresión de Ada se congeló, pero cambió rápidamente a una mirada de inocencia. “No entiendo lo que está diciendo, señorita Brown. Hace frío afuera, debería entrar y hablar".

"Se lo agradezco, vizcondesa". Shirley le puso los ojos en blanco a Ada y miró a Cathy. “Vamos, Cathy”.

Esa fue la primera vez que Shirley llamó a Cathy por su nombre.

Cathy, todavía sorprendida, empujó a Cathy a la mansión.

Ada solo había invitado a Shirley a la casa porque sabía que Carter y Camille no estaban en casa en ese momento.

De lo contrario, ella no habría permitido que entrara esta persona "peligrosa".

Con aire de autoridad como anfitriona de la mansión, Ada le ordenó a los sirvientes que sirvieran té y postres a Cathy y Shirley.

"Por favor, disfruten. Los postres fueron elaborados por nuestro pastelero. Son comparables a los de hoteles de cinco y seis estrellas".

Ada las invitó con una sonrisa, pareciendo digna y generosa.

Shirley ni siquiera se molestó en mirarla. “He estado comiendo postres donde los Grays durante años, así que estoy más familiarizada con ellos que tú. No te molestes con una presentación".

“…”.

“Además, ya estoy cansada de estos postres. Después de todo, los he tenido durante tantos años. Sería mejor que los guardaras para después”.

"...".

La expresión de Ada se volvió desagradable mientras luchaba por mantener la sonrisa en su rostro.

Ambas sabían lo que Ada le había hecho a Shirley, aunque Ada se negaba a admitirlo.

“Está siendo demasiado cortés, señorita Brown. Somos consideradas amigas, después de todo”.

“No hay necesidad de esto. No estoy aquí para tomar el té contigo”, dijo Shirley con frialdad. “Dile a Carter que salga”.

Camille estudió a la persona sentada en la silla de ruedas junto al sofá. Por la expresión en los ojos de Camille, le tomó un tiempo reconocer a Shirley.

La visión de Shirley sentada en una silla de ruedas sorprendió a Camille. Después de un tiempo, finalmente encontró su voz.

"¿Shirley?".

Shirley asintió con la cabeza mientras sus ojos sonreían. "Señora Gray. Ha pasado un tiempo desde la última vez que nos vimos".

Camille no pareció escuchar lo que Shirley había dicho. Camille dirigió sus ojos a las piernas de Shirley y luego frunció el ceño. "¿Qué le pasaron a tus piernas, Shirley?".

"No es gran cosa. Gracias por su preocupación, señora Gray. Estoy aquí hoy porque hay algo importante que debo decirle a Carter en persona".

La expresión de Camille se volvió solemne. "¿Qué pasa?".

"Estoy embarazada. El niño le pertenece a Carter".