Esposa Pecadora romance Capítulo 1864

Madeline levantó ligeramente los ojos mientras hablaba.

“Pero lo siento por el niño en su vientre. Es trágico para el niño tener padres como ustedes”.

Las palabras de Madeline borraron por completo la arrogancia y la sonrisa en el rostro de Carter.

“Eveline, ¿crees que serías capaz de estar aquí ahora si Shirley no te hubiera dado el único frasco de reactivo antitoxina?”.

“Sí, no estaría aquí parada. Debería mostrar mi gratitud a la mujer que me envenenó y que después me proporcionó el reactivo antitoxina, ¿no?”.

“...”.

La expresión de Carter se ensombreció aún más, pero no pudo encontrar una réplica para el comentario de Madeline.

En cuestión de segundos, su mente se sintió hecha un desastre.

Aunque el estado actual de Shirley era mejor de lo esperado, lo que le reconfortaba un poco, seguía estando terriblemente molesto al pensar en el veneno que aún estaba en el cuerpo de Shirley, amenazando el nacimiento de su hijo que todavía estaba en el vientre de ella.

En ese momento, otra capa de frustración cayó sobre Carter cuando Jeremy habló una vez más.

"Carter, no creas que no estoy al tanto de lo que planeas hacer en Glendale. Te digo que no te voy a dar la oportunidad. Será mejor que abandones ese pensamiento, regreses a San Piaf y asumas tu posición de vizconde".

Tan pronto Jeremy terminó de hablar, la frente de Carter se arrugó sombríamente. Su ceño, sin embargo, comenzó a relajarse un momento después, y las comisuras de su boca se levantaron para esbozar una media sonrisa.

“Nunca he fallado en conseguir lo que quiero hasta ahora”.

Tras terminar su oración, se dio la vuelta de manera desenfrenada.

Jeremy miró tranquilamente la espalda de la figura de Carter mientras este se alejaba sin detenerse, y luego habló tranquilamente.

“Carter, no siempre conseguirás lo que quieres. Solo tienes que esperar y ver”.

Tras escuchar las palabras de Jeremy, Carter se detuvo en seco.

“Estoy realmente triste”. Las lágrimas de los ojos de Madeline comenzaron a caer por sus mejillas sin control.

“Cathy y Adam habían hecho tanto por nosotros, pero no pudimos hacer nada por ellos cuando nos necesitaron...”.

Además de sentirse triste, Madeline estaba profundamente avergonzada. Las lágrimas en sus ojos ya estaban oscureciendo su visión.

“Tal vez Adam y Cathy no se habrían enfrentado a semejante tragedia si no nos hubieran conocido”.

“Linnie, no digas esas tonterías. Creo que Adam y Cathy no se arrepienten de conocernos y hacerse amigos nuestros”, la consoló Jeremy. “Todo lo que podemos hacer ahora es encontrar al causante de este incendio”.

Madeline sollozó en silencio. “Jeremy, quiero verlos por última vez”.

Jeremy no se negó. “Iré contigo”.

“De acuerdo”. Madeline levantó sus delgados dedos para secarse las lágrimas que se le escapaban de las esquinas de los ojos. Cuando su visión se aclaró, ella vio inmediatamente una figura que pasaba apresuradamente fuera de la casa.