Esposa Pecadora romance Capítulo 1878

Cuando el Viejo Amo Whitman se enteró de esto, salió de su casa de retiro esa misma noche y regresó a casa.

Mientras miraba a los gemelos frente a él, que apenas tenía 2 años, sus ojos gastados comenzaron a brillar.

"Mucha gente en este mundo sueña con entrar en la sociedad de clase alta, pero no muchos de ellos se dan cuenta de que la gente dentro de esa sociedad en realidad anhela una vida tranquila y pacífica".

El Viejo Amo Whitman expresó su sincero lamento. Su rostro desgastado estaba lleno de melancolía y ansiedad.

“El dinero y el poder pueden ser realmente dañinos a veces. Si no hubiera venido de esta gran familia, los pensamientos de Felipe no se habrían torcido cuando sus padres murieron en el accidente de coche, y tal vez su juventud y su futuro se hubieran salvado".

"Abuelo, no imagines tales cosas", consoló Madeline al Viejo Amo Whitman mientras le tomaba la mano suavemente. "El dinero y el poder no son cosas dañinas por sí mismas. Son los corazones de las personas los que son terribles. El tipo de gente cuyos corazones cargan malicia y ambición, pero que además eligen tomar atajos".

"Linnie tiene razón, abuelo. Por favor, no te culpes", le dijo Jeremy palabras tranquilizadoras al Viejo Amo Whitman también al comprender la confusión en el corazón del anciano. "Mira lo lindos e inteligentes que son los hijos de Felipe".

Madeline sonrió mientras tiraba suavemente de las manos de los dos niños.

"Juan y Jan, este es su tío abuelo. Dense prisa y salúdenlo”.

Los dos hijos de Cathy eran pequeños pero muy inteligentes. Los hermanos dijeron al unísono: “Tío abuelo”.

"Oh, ambos son tan dulces". El Viejo Amo Whitman se relajó y esbozó una sonrisa. Sacó del bolsillo dos sobres rojos que contenían dinero y se los dio a los niños.

"Sean obedientes y compórtense. Esperen a que su padre vuelva a casa, ¿de acuerdo?”.

Juan parpadeó con sus grandes ojos y torció su linda boquita. “¿Y qué hay de esperar a que mami vuelva a casa? No he visto a mami en mucho tiempo. Extraño a mami".

Todos los presentes sintieron calor alrededor de sus ojos cuando escucharon el simple deseo del niño de ver a su madre.

Madeline bajó su cuerpo y acarició suavemente la cabeza del niño.

"Por supuesto, mami también estará en casa. Siempre y cuando tú y Jan sean buenos, mami y papi volverán a casa”.

“¿De verdad?”, preguntó el niño, parpadeando con sus grandes ojos inocentes.

Madeline parecía estar murmurando para sí misma. Incluso ella no tenía idea de por qué se sentía triste de repente.

Jeremy la abrazó fuertemente. Él inclinó su cabeza y la besó en la frente.

"Linnie, ¿ves las estrellas en el cielo?".

Madeline asintió. "Sí, las veo".

"Las estrellas son como nuestras vidas. Hay momentos en que las estrellas brillan intensamente y momentos en que están tenues. Como las estrellas, no podemos permanecer brillando en todo momento. Lo único que podemos hacer es mirar hacia adelante y avanzar”.

Madeline nunca había sabido que Jeremy podía consolar a la gente de esta manera, pero tras escucharlo, se sentía mucho mejor.

Ella levantó sus hermosos y claros ojos para encontrar la dulce mirada del hombre.

"Jeremy, ven conmigo a un lugar mañana".