Esposa Pecadora romance Capítulo 1890

Ella recordaba que él la llamaba así en el pasado, pero había sido antes de que se fuera sin avisar.

Antes de eso, Carter había sido realmente bueno con ella.

“Shirley, no te preocupes. No importa lo que te ocurra, te cuidaré siempre”.

Carter prometió en voz baja.

Shirley no podía creer lo que oía. Sintió que el corazón le daba un vuelco y las lágrimas volvieron a escapar de sus ojos una vez más en contra de su voluntad.

Carter, al notar las lágrimas en las esquinas de los ojos de Shirley, hizo una pausa, pareciendo agradablemente sorprendido.

“Shirley, ¿estás despierta? ¿Estás despierta?”.

Shirley no quiso seguir actuando. Abrió lentamente sus ojos húmedos y rojos, y se encontró tranquilamente con un Carter eufórico.

“No necesito que me cuides, y no volveré a San Piaf contigo. Quiero morir en Glendale, morir en mi ciudad natal. Quiero que me entierren con mis padres y mi hermano”.

Shirley, decidida, apartó su mano de la palma de Carter.

“No quiero verte de nuevo. Verte solo me recuerda que maté a mi hermano y a esa chica inocente”.

Shirley apartó la cara mientras hablaba. Ella se negó a dejar que Carter estuviera dentro de su línea de visión.

Al ver la fuerte resistencia de Shirley, Carter apretó los puños, pero mantuvo el disgusto y la molestia en su corazón fuera de su rostro.

“Ada fue la que provocó el incendio que mató a Adam y a Cathy. No tiene nada que ver conmigo”.

“¿Nada que ver contigo?”. Shirley se rio. “Incluso ahora, sigues intentando hacerte el inocente”.

“No me hago el inocente. Esa es la verdad”.

“Lo trataremos como la verdad, entonces. La verdad es que ya no tengo ningún amor por ti, solo odio”.

“…”.

Sin embargo, el veneno que tenía Jeremy era un veneno maduro que tenía datos completos, por lo que podía desarrollarlo fácilmente siempre que tuviera los ingredientes.

Shirley dejó escapar un silencioso suspiro de alivio. Aunque sabía que su cuerpo estaba completamente arruinado, se sentía aliviada por alguna razón.

“Addy, ¿no deseabas que me arrepintiera algún día? Finalmente he prestado atención a tus palabras y he corregido mis errores con seriedad. ¿Me perdonarás?”.

Shirley murmuró para sí misma. Sabía que nunca más podría obtener la respuesta a esto.

Cuando pensaba en cómo Adam y Cathy habían muerto por su culpa, no podía perdonarse a sí misma.

No podía culpar a nadie. Ella afectaba a todos los que la rodeaban porque había tomado el camino equivocado desde el principio.

Sin embargo, Shirley no creía que Carter la dejara libre de culpa así como así.

Después de pensarlo un poco, Shirley levantó la mano con esfuerzo para pulsar el botón de llamada y llamar a una enfermera.

La enfermera acudió rápidamente, pensando que le había pasado algo a Shirley. Sin embargo, Shirley la miró con sinceridad y le dijo: “Enfermera, ¿puede ayudarme en algo?”.