Esposa Pecadora romance Capítulo 1946

Carter no podía dejar que Shirley le contara a Madeline acerca de la hipnosis.

"Eveline, ¿estás charlando con mi amiga?". Carter se acercó con una amable sonrisa y llamó a Shirley su amiga.

Shirley levantó los ojos y lo miró con calma. Luego hizo un giro con la silla de ruedas y se marchó sin decir palabra alguna.

Con una leve sonrisa en su apuesto rostro, Carter parecía no darle importancia, pero sus ojos miraban fijamente la espalda de Shirley.

"La señorita Brown parece estar de mal humor", dijo Madeline, rompiendo el silencio.

Carter retiró en silencio su mirada. "¿De qué hablaron hace un momento?".

Madeline levantó sus ojos claros y seductores para encontrarse con los profundos ojos de Carter. "No es nada. La señorita Brown estuvo aquí para darnos sus bendiciones, pero también dijo algo de hipnosis, y no entendí lo que significaba".

"¿Hipnosis?". Carter repitió esa palabra, luciendo un poco confundido, luego sonrió. "Creo que podría haber querido decirte que sé hacer hipnosis".

"¿Sabes hacerlo? ¿Por qué no tengo ninguna impresión de eso?". Madeline levantó la mano y se golpeó ligeramente la sien.

"Eveline, ¿te sientes mal?", preguntó Carter con preocupación.

Madeline frunció el ceño. “Estoy un poco mareada. Quiero descansar un rato".

Carter miró su reloj. "Tendremos una comida ligera con mi familia en el hotel por la noche. Todavía queda algo de tiempo, así que deberías volver a la habitación y descansar un rato. Yo me encargaré de la boda de mañana".

"De acuerdo". Madeline asintió y se dirigió a su habitación sin hablar más.

Cuando Madeline se marchó, la atención de Carter pareció centrarse en la figura de Madeline durante un rato, y sus afiladas cejas se fueron entrelazando mientras pensaba en algo.

Él se dirigió directamente a la habitación de Shirley y empujó dominantemente la puerta.

Shirley, quien parecía haber predicho que él aparecería, le dirigió una mirada tranquila.

"Si quieres decir algo, solo escúpelo. Voy a descansar", dijo Shirley con frialdad.

Carter se acercó a ella. Aunque estaba algo descontento, su expresión y su tono seguían siendo tranquilos frente a Shirley.

"...".

Había cierta desgana en los ojos de Carter, pero Shirley ni siquiera lo miró.

Carter no tuvo más opción que irse.

Después de oír cómo se cerraba la puerta, Shirley levantó la cabeza y se quedó con la mirada perdida en la dirección en la que se había ido Carter. Permaneció allí en silencio durante mucho tiempo y, por un largo tiempo, no volvió en sí.

Toc, toc, toc.

Al cabo de un rato, Shirley oyó que alguien llamaba a la puerta.

Normalmente, los sirvientes y Carter entraban directamente, por lo que Shirley no sabía quién llamaría a la puerta tan amablemente.

Ella recobró la compostura, se acercó a la puerta y levantó la mano para abrirla.