Esposa Pecadora romance Capítulo 1947

Shirley abrió la puerta y se sorprendió un poco al ver a la persona que estaba de pie en la entrada.

"Eveline, tú...".

"¿Sorprendida?".

Madeline, sonriendo ligeramente, levantó la mano derecha y aflojó el puño cerrado, entonces un pequeño objeto cayó de su palma, pero la cadena conectada a él no dejó que el objeto cayera al suelo.

"Este debe ser el accesorio del que me contaste antes, ¿cierto?", preguntó Madeline.

Shirley miró el nostálgico reloj de bolsillo que se balanceaba frente a ella, y sus pensamientos se desviaron ligeramente.

Seguía sorprendida. "Realmente fuiste a buscarlo".

Madeline asintió y entró en la habitación de Shirley. "He dicho que te creo".

Shirley se quedó desconcertada por un momento. Luego un sentimiento indescriptible se coló en su corazón.

"¿Podemos empezar a probarlo ahora?", preguntó Madeline mientras le pasaba el reloj de bolsillo a Shirley.

Shirley, algo emocionada, levantó la mano para tomar el reloj de bolsillo.

"Gracias por confiar en mí hasta este momento", dijo Shirley agradecida. Entonces, su mirada se volvió firme de repente. "Ahora, podemos empezar".

Mientras hablaba, cerró la puerta de la habitación para evitar que alguien entrara repentinamente y las interrumpiera.

…

Jeremy había estado acostado en la cama para descansar los ojos todo este tiempo.

En el fondo, estaba preocupado por Madeline, pero su estado actual no le permitía actuar precipitadamente.

No quiso prestarle ninguna atención y mucho menos preocuparse por ello, pero la sirvienta muy diligente le sirvió el té. Incluso le llevó comida e inició una conversación.

"Señor Whitman, hice estos bocadillos yo misma. Puede probarlos. Solo podrá ir a la boda del señor Carter mañana una vez que haya recuperado su energía".

Jeremy quería hacerle la ley del hielo a la sirvienta, pero cuando ella dijo eso, Jeremy giró la cabeza y miró el bocadillo que la sirvienta le entregó. Entonces levantó lentamente la mano y tomó un trozo de postre del plato.

Al ver que Jeremy había aceptado el bocadillo que le había preparado, la sirvienta se puso muy contenta y le entregó un poco de té.

"Gracias", le agradeció Jeremy. "Déjalo ahí. Me lo beberé cuando tenga sed", rechazó él con un tono considerablemente tranquilo.

La sirvienta sonrió y asintió antes de guardar el vaso.

"Señor Whitman, por favor, dígame si necesita algo más", dijo la sirvienta con una expresión expectante en su rostro.