Esposa Pecadora romance Capítulo 1974

La sirvienta, quien no estaba convencida en absoluto, apretó los puños, apretó los dientes y dirigió su atención a Madeline.

"¡Eveline, eres una mujer enferma!".

Ella maldijo, completamente consumida por la rabia.

"El hombre que amas acaba de tener sexo con otra mujer, y aún así, eres capaz de sonreír tan tranquilamente. Estás demente".

Madeline se rio despreocupadamente después de escuchar eso. "Esto no es nada. Es normal que un hombre siga el juego. Además, ¿no estás contenta? Como hubo consentimiento mutuo, no puedes culpar a los demás".

"...". La mandíbula de la sirvienta cayó. Ella se quedó sin palabras. Sin saber qué decir para replicar a Madeline, ella solo podía mirarla.

Sin embargo, a Madeline no le molestó lo que la sirvienta pensaba de ella. Guardó su celular, extendió su mano para tomar el brazo de Jeremy y luego sonrió.

"Jeremy, vamos. Ya pedí un taxi. Volveremos al hotel primero".

Jeremy permaneció en silencio todo el tiempo. Después, se limitó a asentir obedientemente y, con la ayuda de Madeline, salieron del Palacio Real de San Piaf paso a paso.

En el taxi, Madeline tomó el brazo de Jeremy y apoyó su cabeza en el hombro de él con una mirada tierna e indefensa.

Ella cerró los ojos ligeramente y sintió que una sensación de seguridad ilimitada le invadía el corazón.

Jeremy sostuvo a Madeline y la atrajo hacia su amplio abrazo. Él bajó los ojos y vio el rostro sonriente de la mujer, que parecía tranquila, y se sintió arrepentido desde el fondo de su corazón.

"¿Cuándo te recuperaste, Linnie?", preguntó Jeremy en voz baja.

"Ayer. Shirley fue la que rompió la hipnosis. Es una persona muy inteligente, pero, por desgracia, utilizó su inteligencia en el lugar equivocado la mayor parte del tiempo", explicó Madeline.

Ella suspiró arrepentida, y luego sonrió y levantó sus hermosos y grandes ojos para mirar los ojos de Jeremy, quien se veían tan tranquilos como el agua.

"Le gustas mucho a esa sirvienta, pero solo la estaba asustando. No he grabado nada. ¿Quién le pidió que me asustara primero? Incluso dijo que había intimado contigo. Sé que, aparte de mí, nunca tocarás a otras mujeres".

Los ojos de Madeline se llenaron de confianza y su sonrisa se hizo más brillante.

Ese hombre era tan retorcido.

Dos días después.

El Palacio Real de San Piaf publicó un aviso de que iban a revocar el estatus de vizconde de Carter. Además, iban a castigarlo e interrogarlo como corresponde.

Sin embargo, cuando enviaron a alguien a buscar a Carter, este había desaparecido.

La familia Gray estaba en caos, y Camille no sabía qué hacer.

En la llovizna de diciembre, Shirley, con su sencillo equipaje, dirigió su silla de ruedas al cruce de carreteras para pedir un aventón.

Decidió marcharse, pero con renuencia, giró la cabeza para mirar la mansión familiar.

Mientras sus pensamientos vagaban, el taxi que había llamado se detuvo frente a ella...