Esposa Pecadora romance Capítulo 1975

Shirley dejó de lado rápidamente sus pensamientos divagantes.

El cielo estaba gris y lloviznaba.

Shirley tenía un estado de ánimo intranquilo. Miró al conductor que se acercó a ayudarla y le dio las gracias.

El conductor llevaba una gorra y una mascarilla. Él no habló. Se limitó a ayudarla amablemente a subir al coche y a guardar la silla de ruedas.

Shirley se sentó en el coche y miró el paisaje por la ventana. Su expresión era anormalmente desanimada.

Durante el trayecto, el conductor levantaba de vez en cuando los ojos para mirar a Shirley por el espejo retrovisor.

Shirley, quien estaba mirando por la ventana todo el tiempo, no sabía que el conductor la estaba observando.

Aunque solo lloviznaba, Shirley sentía que en su corazón llovía a cántaros.

Su único familiar había muerto, y la amiga que la cuidó todo este tiempo también estaba muerta.

Incluso había ayudado personalmente a destruir el futuro del hombre que más amaba.

Je.

Shirley se rio de sí misma. Ella sentía que su vida era un fracaso.

Era cierto. Ella era una fracasada.

Ella pensó con autodesprecio. Sin saberlo, el coche había llegado muy lejos.

Shirley no había prestado atención a su paradero, pero después de mucho tiempo, se dio cuenta de que el coche no se dirigía hacia el aeropuerto.

Ella iba a volver a Glendale y a su antiguo hogar, pero obviamente, éste no era el camino de vuelta a casa.

Aunque la ciudad natal de Shirley estaba en Glendale, llevaba tantos años viviendo en San Piaf que estaba muy familiarizada con todo este lugar.

"Disculpe, este no es el camino al aeropuerto. Va usted en la dirección equivocada", le recordó Shirley.

Carter se rio al escuchar esas dos palabras.

Un día, Carter Gray fue el noble vizconde de San Piaf, pero al día siguiente, se había convertido en un criminal buscado.

Todos los perros tienen su día.

Al principio, pensó que podría utilizar a Madeline para obtener el derecho a gobernar, pero al final, se disparó en el pie.

"Carter, no eres sordo. Sé que puedes oírme. ¡No lo volveré a repetir: para el coche!".

Shirley estaba agitada, y su tono se volvió muy preocupado también.

Sin embargo, Carter no sólo siguió ocupándose de sus propios asuntos, sino que aumentó la velocidad de repente.

Shirley no podía detenerlo, así que no tuvo más opción que permitir que Carter la llevara de una carretera a otra.

Después de un tiempo, Carter finalmente detuvo el coche.