Esposa Pecadora romance Capítulo 2008

“¿Quién es ella?”.

Madeline miró a Hannah y la presentó: “Ella acaba de empezar a aprender conmigo…”.

“Hola, señor Sutton. Mi nombre es Hannah Bolton y soy la persona especial del señor Whitman”.

“...”. El señor Sutton se quedó aturdido.

Madeline sabía que Hannah lo había dicho a propósito y también sabía que el cliente lo había malentendido.

Ella sonrió levemente y corrigió a Hannah con naturalidad: “Esta es la señorita Bolton, y ella acaba de comenzar a aprender a hacer perfumes conmigo. Actualmente vive en la Mansión Whitman debido a requisitos laborales, por lo que se considera una invitada de los Whitman”.

Al escuchar esto, el cliente pareció aturdido. “Ya veo”.

“Sí”. Madeline sonrió y asintió afirmativamente.

Hannah miró a Madeline con disgusto. Cuando quiso enfatizar su relación con Jeremy, Madeline le dirigió de repente una mirada penetrante.

Hannah nunca había visto a Madeline mirarla así. La penetrante mirada en los ojos de Madeline era gélida y cayó al instante sobre el rostro de Hannah de una forma impresionante.

Hannah no se atrevió a hablar más, y mucho menos a decir tonterías.

Hizo un puchero y no habló más. Estaba tan callada como un ratón sentada a lado de Madeline.

Madeline habló de buena gana con el cliente, el señor Sutton, durante una hora. El cliente probó el perfume y quedó muy satisfecho. Él dijo que aumentaría el monto del pedido y que a pesar de la larga espera, valió la pena. Entonces firmó de inmediato un nuevo contrato con Madeline.

Hannah no dijo nada mientras observaba, pero sabía que este pedido terminaría arruinado y que Madeline tendría que asumir serias responsabilidades.

Eso se debía a que Hannah había manipulado todos los datos registrados durante el proceso de elaboración del perfume de Madeline por la tarde.

“Está bien, nos vemos luego", respondió Jeremy en voz baja y no colgó.

Madeline sabía lo que Jeremy estaba pensando. Nunca estuvo dispuesto a ser el primero en colgar.

“Eveline, quiero decirle unas palabras al señor Whitman. ¿Por qué estás tan…?”.

“¿Qué me pasa?”, la interrumpió Madeline con una pregunta repentina mientras colgaba el teléfono.

Hannah abrió mucho los ojos con disgusto. “Eveline, ya soy la persona especial del señor Whitman y ya me mudé a la Mansión Whitman. Entonces, ¿quién eres tú para impedir que hable con el señor Whitman? Además, ¿por qué me presentaste así hace un momento? ¿Estaba equivocada? ¿No soy la persona del señor Whitman?”.

Hannah chilló con arrogancia. Hablaba tan alto que el conductor incluso podía oírla con claridad.

Madeline golpeó el asiento con el contrato recién firmado con un fuerte golpe y luego levantó sus hermosos ojos para mirarla con severidad. “Ya es suficiente”.