Esposa Pecadora romance Capítulo 2047

“¿Ah no? ¿No secuestraste a Lily para vengarte de su padre?", dijo Shirley fríamente sin levantar la cabeza.

Carter sabía que Shirley pensaría así de él, así que ni siquiera se molestó en explicarse.

"Pronto sabrás el verdadero propósito de que te haya traído aquí".

Cuando Carter terminó de hablar con solemnidad, bajó la mirada y dirigió su atención a Lillian, que estaba comiendo una manzana.

"La hija del enemigo está comiendo manzanas tan felizmente, mientras que mi hijo solo pudo comer polvo. ¡Pff!". Carter se burló y, de repente, extendió la mano y empujó el tazón de frutas que estaba frente a Lillian.

Con un estruendo, el tazón de fruta cayó sobre la alfombra de felpa.

Lillian estaba obviamente sorprendida por el comportamiento de Carter.

Se quedó mirando fijamente a Carter, que estaba haciendo un berrinche, con sus ojos grandes, puros y limpios.

Al ver esto, Shirley regañó inmediatamente a Carter: "Carter, eres un hombre adulto. Hay muchas maneras de desahogar cualquier descontento en tu corazón y sin embargo te desquitas con una niña tan pequeña".

Mientras hablaba, mostró de repente una sonrisa alegre pero sarcástica.

"Afortunadamente, ese niño ya no está. Si ese niño naciera, estaría triste por tener un padre como tú".

Cuando Carter escuchó esto, sus ojos se hundieron al instante.

"Si nuestro hijo tuviera la oportunidad de venir a este mundo, sin duda lo consentiría para que fuera el niño más feliz del mundo. Pero, ¿quién es esta cosa? No es mi hija, así que ¿por qué debería ser amable con ella?".

"¿Acaso los hijos de los demás no son también niños?", preguntó Shirley, la decepción en sus ojos se intensificó. "¿Cómo te has vuelto así? Tienes la sangre fría por ese supuesto odio en tu corazón".

Cuando terminó de hablar, dejó de mirar a Carter y luego le tendió la mano a Lillian.

"Lily, ignóralo. Volveremos a la habitación a dormir".

Madeline se sentó junto a la cama, hojeando los informes médicos de Lillian de los últimos meses.

Estos datos estaban perfectamente organizados, y Madeline podía ver claramente que los indicadores físicos de Lillian se acercaban más a la normalidad cada día.

Mientras Madeline leía esos registros, empezó a sentir humedad en las comisuras de los ojos.

Era una niña tan pequeña y sin embargo había sufrido tanto.

Era una flor delicada que crecía en el invernadero. Nunca había conocido la naturaleza siniestra de la sociedad, pero el mal y las fuerzas oscuras se habían introducido repetidamente en su mundo limpio e inocente para herir su joven e inocente corazón.

"Lily es, en efecto, una niña muy sensata y obediente", exclamó Fabián, con una sonrisa de alegría desbordada en su rostro apuesto.

"Aunque no puede hablar, siempre expresa sus pensamientos a través de sus acciones. A veces, cuando estoy molesto, se queda tranquilamente a mi lado para acompañarme".