Esposa Pecadora romance Capítulo 2120

Hannah miró a Madeline, que se acercaba a ella, y tras una breve pausa, ahora lloraba con más fuerza.

Madeline se arrodilló lentamente. “No llores”.

A través de su visión borrosa y llorosa, Hannah, vio aparecer frente a ella un pañuelo limpio.

“Límpiate las lágrimas. Deja de llorar”. Madeline la consoló: “Si uno de tus seres queridos supiera que estás llorando tanto, sin duda se sentiría angustiado”.

Al escuchar las palabras de Madeline, Hannah se rio de sí misma y habló despacio.

“He sido la consentida de mi familia desde que era una niña, y mis padres me consideraban su tesoro. Poco a poco, me he vuelto muy orgullosa y arrogante. Fui a la Mansión Gray para ser una sirvienta no porque quisiera serlo, sino para ponerme a prueba”.

Al decir esto, Hannah lloró aún más fuerte.

Madeline se puso en cuclillas frente a Hannah, escuchándola pacientemente hablar acerca de la disconformidad y la depresión en su corazón.

“Poco después, pude probarme a mí misma porque solo las chicas excepcionales podían trabajar como sirvientas en la Mansión Gray. Luego de ser aprobada, estuve cada vez más satisfecha de mí misma”.

“Así que, cuando conociste a Jeremy, estabas segura de que se llevaría una buena impresión de ti, pero las cosas no salieron como te lo esperabas”.

Madeline expresó lo que Hannah tenía en su corazón.

Hannah se sintió aún más avergonzada, su rostro pálido mostraba poco a poco una expresión de vergüenza.

Un poco molesta, apretó los puños. Era como si estuviera resentida por lo que había hecho.

"Eveline", Hannah llamó el nombre de Madeline, levantó sus ojos que se habían puesto rojos de tanto llorar para mirarla. "Eveline, ¿por qué me salvaste?".

“¿Por qué haces una pregunta tan tonta?”, preguntó Jeremy en voz baja. “Ninguna persona normal vería a alguien morir frente a ella sin hacer nada”.

“Señor Whitman, probablemente me desprecia, ¿no es así? No dejaba de pensar que yo le gustaba, y creía que había ocurrido algo entre nosotros, pero en realidad, no ha ocurrido nada”.

Cuanto más decía Hannah, más avergonzada se sentía al mirar a Jeremy. “Lo siento mucho, Señor Whitman”.

“No hace falta que lo pienses demasiado. Nunca he sentido nada por ti, y nunca me has gustado. Además, no desperdiciaría mis sentimientos odiándote”.

Los ojos de Jeremy lucían penetrantes y dominantes.

“Deberías disculparte con mi esposa”.

Cuando Hannah escuchó eso, quedó perpleja. Miró a Madeline, pero después de mucho tiempo, no se disculpó.

De todas formas, Madeline no esperaba que se disculpara. Cuando vio que Hannah ya se había calmado, se puso de pie.