Esposa Pecadora romance Capítulo 2189

En un inicio, Daniel estaba de mal humor porque tenía que aceptar el compromiso falso de Naya, pero cuando vio a Ava y escuchó lo que dijo, su humor mejoró al instante.

“¿De verdad? ¿No puedes esperar a casarte conmigo?”. Daniel abrazó a Ava con fuerza, y la forma en que hablaba hacía evidente que estaba encantado. No podía esperar a que llegara ese día.

Ava sonrió y dejó de abrazarlo. Sus ojos mostraban lo feliz que estaba mientras miraba los tiernos ojos de Daniel.

“Por supuesto. ¿Por qué más iba a venir? ¿Has creído que estaba celosa?”.

“Ajá. Desde luego, pensaría que mi novia estaba celosa y no confiaba en mí”, bromeó Daniel con ella.

“¿Y por qué pasaría eso? Confío totalmente en mi novio, pero decir que no estoy celosa en absoluto sería una mentira”.

Ava también se rio, pero su corazón empezó a sufrir por Daniel

Parecía que Daniel era el único que no sabía nada de lo que estaba sucediendo.

Realmente pensaba que solo se trataba de un compromiso falso y que Naya tenía la amabilidad de ayudar porque no quería que el estado de su abuelo empeorara. Sin embargo, la verdad era que todos le mentían y le estaban tendiendo una trampa.

Ava sintió la necesidad de decirle a Daniel la verdad porque no podía dejar que siguiera adelante con la ceremonia de compromiso con Naya. De otro modo, las cosas se complicarían mucho si todo se volviera oficial.

Después de que Daniel escuchara lo que dijo Ava, su corazón empezó a latir con entusiasmo.

Aunque no llevaba mucho tiempo enamorado de Ava, estaba convencido de que ella era la persona que quería proteger para siempre.

Por eso pensó que ese era un buen momento.

Daniel pensó en silencio y de pronto se puso un poco nervioso.

Naya bajó ligeramente la cabeza y levantó la mano para mirar la caja de terciopelo que en ese momento tenía en la palma de la mano.

“Es mío. Siempre ha sido mío. Aunque en un principio te perteneciera, ahora está en mis manos”. Naya sonrió de manera siniestra y estaba a punto de alejarse cuando la señora Graham se acercó en el ocaso. Naya escondió de inmediato la caja de terciopelo en su mano y cambió rápidamente su expresión a una de tristeza. Incluso fingió limpiarse una lágrima antes de darse la vuelta con una mirada de tristeza.

Cuando se dio la vuelta, actúo como si acabara de ver a la señora Graham.

“Señora Graham, ¿por qué está aquí?”. Naya fingió sorprenderse y se acercó de inmediato a la señora Graham. “Venga, caminemos juntas, señora Graham”.

“Naya, ¿qué haces aquí? ¿Por qué lloras?”.

Desconcertada, la señora Graham se acercó a Naya y miró detrás de esta.

“¿Qué has visto que te ha puesto tan triste?”.