Esposa Pecadora romance Capítulo 2218

“¿Qué? ¿Ahora necesito mostrarte ejemplos?”. Chloe mostró una expresión de sorpresa. “¿Tan fácil es el trabajo de un diseñador que solo miran el trabajo de otras personas y lo copian? ¿Es tán fácil para ustedes ganar dinero?”.

Ava sabía que Chloe estaba malinterpretando sus palabras a propósito, pero aun así le explicó con calma: “Señorita Tawney, le he pedido que me muestre un ejemplo para poder conocer su estilo y entender sus preferencias”.

“Ya veo”. Chloe parecía que acababa de entender, pero una sonrisa malvada no tardó en aparecer en la comisura de sus labios. “Entonces, puedes hablar con mi buena amiga, Naya. He comprado esta casa como un regalo para ella, así que ella puede decorarlo como quiera. Solo tienes que escucharla”.

Con solo escuchar lo que dijo Chloe, Ava no fue estúpida y supo que Naya obviamente estaba intentando tenderle una trampa. Estas dos solo estaban yéndose por las ramas.

Naya miraba de reojo y con arrogancia a Ava. Estaba esperando a ver cómo podía perjudicar a Ava después.

Sabía que la madre de Ava era la persona más rica del País Y, y sabía que no podía compararse con ella en términos de recursos financieros. Además, también sabía que Daniel adoraba a Ava en ese momento y tampoco tenía manera de cambiar eso.

Sin embargo, ¡tenía que vengarse de Ava por las injusticias y la humillación que sufrió en la ceremonia de compromiso!

Ava sabía que ya había caído en la trampa. Puesto que ahora mismo seguía trabajando, tenía que mantener su profesionalismo y hablar con Naya sobre el diseño de interiores.

Sin embargo, Naya no quería escucharla hablar en absoluto. Interrumpía cada vez que Ava decía solo unas cuantas palabras. Repetía la misma pregunta una y otra vez, obviamente intentando atormentar a Ava.

Sin embargo, en el rostro de Ava no se podía ver disgusto. Se limitó a hacer tranquilamente lo que tenía que hacer todo el tiempo.

Unas dos horas más tarde, Naya parecía estar cansada de tanto atormentarla. Por lo tanto, le pidió a alguien que les comprara café y aperitivos.

Ava ordenó la información pertinente, y se dispuso a marcharse después de guardar todo.

Ava miró inconscientemente los documentos de trabajo en sus manos. No creía haber olvidado nada, pero para asegurarse, aún así volvió la cabeza. Sin embargo, en el momento en que se dio la vuelta, una taza de humeante café caliente la salpicó.

El líquido caliente se derramó por toda su ropa.

Ava levantó rápidamente sus penetrantes ojos para mirar a Naya, quien le dirigió una mirada provocativa.

Naya sonrió con desprecio. “Te dije que quería invitarte a un café. Siento mucho no haberlo sujetado bien. Mi mano estaba temblando. Imaginaré que ya bebiste el café”.

Ava sabía que Naya hacía esto a propósito. Después de escucharla, comenzó a reír de repente.

“Señorita Méndez, es usted muy amable. ¡Permítame invitarla a un café también!”.