Esposa Pecadora romance Capítulo 2373

"Señora Whitman, si no quiere que su delicada piel y su tierna carne salgan lastimadas, entonces coopere".

Su significado era claro. Quería atar a Madeline también, por si acaso.

"Maddie, no le hagas caso. No puedes confiar en gente como él en absoluto. Debes irte lo antes posible", le aconsejó Ava, preocupada de que Madeline se viera implicada por ella.

Madeline miró a Ava y le dedicó una sonrisa reconfortante.

"Ava, ya que estoy aquí, regresaré contigo. No te preocupes, creo que el dinero puede resolver muchos problemas en este mundo, incluyendo los que tenemos ahora".

Después de que Madeline terminó de hablar, simplemente extendió sus manos hacia el hombre. "Adelante".

"Como era de esperar de la mujer de Jeremy. Qué valiente". El hombre alabó a Madeline y rápidamente ató sus manos.

Tan pronto como terminó de atarle las manos, el hombre recibió una llamada.

Miró a Madeline y Ava que ya estaban atadas y salió a contestar el celular con confianza.

Ava suspiró deprimida. "Maddie, ¿cómo te secuestraron?".

"Casi como lo que te pasó a ti. De repente tocó la puerta de mi coche y no tuve tiempo de reaccionar", explicó Madeline, sin querer decirle a Ava que tuvo que comprometerse y subir al coche del hombre porque estaba preocupada por la seguridad de ella.

"Ah". Ava volvió a suspirar. "No esperaba que el rencor entre Naya y yo llegara a este nivel".

"Esto no tiene nada que ver contigo. Naya es la que está mal de la cabeza". Madeline miró en dirección de la puerta y alcanzó a ver vagamente al hombre que hablaba en el celular. "Me temo que está hablando con Naya".

Tal como Madeline esperaba, Naya estaba escondida en el baño y en una llamada con el hombre. La policía y la familia de la mujer fallecida aún no habían llegado a armar un escándalo con ella.

Se alegró al saber que el hombre incluso había secuestrado a Madeline. Él la había encerrado en la fábrica de electrónicos abandonada con Ava.

"Así es". Naya siguió asustándolo y animándolo. "Si no puedes matarlas, sus padres y su esposo te matarán a ti".

"...".

Al escuchar esto, el hombre claramente entró en pánico.

Naya colgó el celular felizmente. Ella sabía que ya tenía esto en la bolsa.

Luego escondió el celular en el gabinete del baño antes de salir.

En el momento en que salió, alguien empujó de repente la puerta y entró.

"¡Naya, sal!".