Esposa Pecadora romance Capítulo 2389

A Ethan le dolía la cabeza después de escuchar eso, pero ahora solo podía guardar silencio.

Cuando Naya vio que su padre guardaba silencio y no respondía, su rostro se ensombreció con disgusto. "¿Por qué aún no te pones de mi lado ahora? ¿Para qué has trabajado tan duro la mayor parte de tu vida? ¿Es para dejar que una desconocida intimide a tu hija a la que has querido desde que era pequeña?".

"Naya, cálmate. Cuida tu cuerpo. No te enfades con tu padre. Debes saber en tu corazón cuánto te quiere tu padre".

La madre de Naya levantó la mano y acarició el hombro de Naya para tranquilizarla. Quiso tomar su mano, pero cuando vio las esposas en la otra muñeca de Naya, estuvo a punto de sufrir un colapso emocional. Una chispa de odio también empezó a arder en su interior.

"Naya, dime. ¿Qué quieres que hagamos? Aunque tu padre se niegue a hacerlo, ¡yo lo haré, pase lo que pase! Ava me desagrada desde hace mucho tiempo. Mira cuánto te ha dañado. Haré de su vida un infierno".

Al escuchar lo que dijo su madre, una sonrisa siniestra apareció inmediatamente en el rostro de Naya.

Ella miró a su madre con ojos crueles. No parecía en absoluto una paciente herida y que necesitaba recuperarse.

"Yo quiero que Ava muera".

Naya escupió estas cinco palabras de su boca.

La madre de Naya se quedó atónita, mientras que Ethan no podía creer que la hija que había criado desde su nacimiento fuera una persona tan despiadada.

Sin embargo, los hechos le decían que la princesa a la que tanto apreciaba era más cruel de lo que imaginaba.

Después de salir del pabellón de detención, Ethan se sintió muy inquieto. Cuando giró la cabeza y vio a su esposa pensando en algo, le aconsejó rápidamente. "No debes escuchar a Naya".

Sin embargo, desde que Daniel empezó a buscarla al trabajo todos los días, Ava había regresado a su apartamento.

Aunque la memoria de Daniel no se había recuperado, él y Ava no se sentían incómodos ni extraños cuando interactuaban entre sí.

Esto hacía que Ava se sintiera anormalmente feliz. Para ella, la persona que más le importaba a Daniel en su corazón seguía siendo ella. No importaba si había perdido sus recuerdos o si tenían que empezar de nuevo.

El viernes por la tarde, Ava terminó su trabajo como de costumbre. Cuando estaba a punto de irse a casa, se encontró con Tom, que también estaba a punto de irse.

Tom se ofreció amablemente a llevarla de regreso, pero Ava lo rechazó decididamente.

Después de bajar sola en el ascensor, se dirigió al lugar donde Daniel solía esperarla. Sin embargo, Daniel no estaba ahí hoy.