Esposa Pecadora romance Capítulo 2440

'Um...'.

Mirando los ojos sombríos de Fabian, el hombre admitió inmediatamente su derrota.

"¡Tú, mocoso, todo esto es culpa tuya! ¡Apúrate y discúlpate con ella!". El hombre regañó a su hijo que estaba a su lado y lo empujó al frente de Lillian. "¡Apúrate y discúlpate!".

El hombre estaba asustado, y aún más el hijo del hombre.

"L-lo siento, Lillian". El hijo del hombre se disculpó temblorosamente, sin tener el valor de mirar directamente a Lillian.

Cuando vio esto, el hombre inmediatamente sonrió halagadoramente. "Mira, mi hijo se disculpó. ¿Estás satisfecho?".

Fabian levantó los ojos fríamente. "¿Crees que esto es suficiente? ¿Crees que no tienes ninguna culpa?".

"Um...".

"Los padres son los mejores maestros para los niños. Tú, como su padre, tienes una responsabilidad inevitable por cómo acabó tu hijo".

"... Sí, sí", el hombre respondió repetidamente. Él no se atrevió a ser insolente frente a Fabian en absoluto. "Tienes razón. Yo, como padre, tengo una gran responsabilidad".

Él miró sumisamente a Fabian con un rostro sonriente que parecía aún más feo que un rostro lloroso. "Pequeña, es mi culpa. No hable amablemente. Si te disgusté con lo que dije, por favor, no te lo tomes a pecho. Lo siento, pequeña".

Después de escuchar la disculpa del hombre, los fríos ojos de Fabian dejaron de verlo. Cuando miró el pequeño rostro de Lillian, su mirada se volvió cálida y brillante.

"Lillian, ¿qué opinas? ¿Aceptas sus disculpas?". El tono suave de Fabian en ese momento era completamente diferente al anterior.

Una mirada de envidia llenó los ojos de Julie incontroladamente.

Ella nunca había visto a un hombre siendo tan cariñoso y paciente con una niña pequeña. Esto era algo muy raro.

Tal como Fabian esperaba, Lillian asintió rápidamente.

Ella aceptó las disculpas.

"Discúlpate con la Señorita Charles", le recordó Fabian al hombre.

El hombre quedó conmocionado por un momento, pero para evitar ser golpeado otra vez, se disculpó rápidamente con Julie.

"Señorita Charles, lo siento mucho. Es por mi mala disciplina que mi hijo—".

"Está bien, Señor Martínez. No tiene que disculparse".

"Si debería". El hombre tenía miedo de cruzarse con Fabian. Después de disculparse, ya no se sintió tan nervioso.

Cuando vio que Fabian no estaba hablando, el hombre no perdió el tiempo y se marchó rápidamente.

Sin embargo, apenas el hombre se fue, se agarró el rostro y corrió a la estación de policía más cercana para denunciar que alguien lo había golpeado.

Por otro lado, Fabian tomó la mano de Lillian y la llevó de vuelta al aula. El niño que causó el problema no se atrevió a acercarse a Lillian otra vez, y mucho menos a tocarla.