Esposa Pecadora romance Capítulo 384

Sobre Esposa Pecadora - Capítulo 384

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Sean regresó, justo cuando las heridas de Eloise fueron vendadas, nuevamente. Ella inmediatamente se apresuró a preguntar: “¿Cómo te fue, Sean? ¿Cómo está Meredith...?”.

“La evidencia fue concluyente. El juez dictaminó que Meredith estará doce años en prisión".

"¡No!". La expresión de Eloise palideció, cuando su visión se volvió negra. Ella casi se desmaya.

Sean, inmediatamente, fue a abrazarla. "Hicimos todo lo posible, Eloise".

“¿Y qué? ¡Aun así, al final no pudimos salvar a nuestra preciosa hija!”. Eloise lloró, desgarradoramente. “¡El abogado nos dijo que podía garantizar, al cien por ciento, que Meredith saldría de ahí! ¿Cómo pudo terminar así?".

"Vera salió con una prueba final y los padres adoptivos de Meredith, de repente, se presentaron para testificar, también, en contra de Meredith".

"¿Qué? ¡Esa Vera Quinn, otra vez!”. La furia estalló en los ojos de Eloise. “Y pensar que la invité a cenar, anoche, esperando que ella dejara ir a Meredith. ¡No puedo creer lo cruel que es! ¿Por qué tuvo que obligar a Meredith a arrinconarse? ¡No debí haber retenido a Diana, anoche! ¡Esto nunca hubiera sucedido, si ella hubiera muerto!".

“¿Te has vuelto loca por la ira, Eloise? ¿Cómo puedes decir tal cosa?". Sean se sintió dolido e indignado, a la vez. "¿No sabes quién te donó sangre, anoche? ¡Si no hubiera sido por Vera, no estarías bien aquí, ahora!".

Eloise quedó sorprendida por sus palabras.

Eloise apretó los dientes, cuando recordó la situación actual de Meredith, y respondió con desdén: "¡No necesito que ella me salve! ¿Cuánto donó ella? ¡Se lo devolveré!".

"Es posible que puedas devolvérsela a ella, pero ¿cómo se la devolveremos a Madeline?", Sean preguntó, abatido.

Eloise miró a Sean, confundida. “¿Madeline? ¿Por qué me recuerdas a esa miserable mujer? La muerte es la pena más pequeña que pudo sufrir, por todas las cosas horribles que hizo. ¿Qué podemos deberle?".

Sean frunció el ceño, con amargura, y suspiró. “Perdiste una cantidad inesperadamente enorme de sangre, durante una cirugía de apendicitis que te hiciste, hace tres años, ¿te acuerdas?”.

“Meredith y su madre adoptiva, te dijeron que Meredith fue quien donó la sangre que te hizo estar, nuevamente, a salvo; pero eso estaba lejos de ser verdad. Meredith no fue quien donó la sangre, en absoluto. De hecho, ella se negó a hacerlo”.

"¿Qué? ¿Por qué?". Los ojos de Eloise se abrieron, con incredulidad. “¿Qué estás diciendo, Sean? ¿Por qué Meredith se negaría a donarme sangre? Y... Y si no fue Meredith, entonces ¿de quién era la sangre?”.

"Era de Madeline".

Eloise estaba boquiabierta y conmocionada. Sintió que el aire a su alrededor se convertía, repentinamente, en un vacío; lo que le dificultaba respirar. “¿Qué… qué estás diciendo, Sean? Después de todas esas cosas horribles que hizo, ¿por qué Madeline me donaría sangre? ¡Debes estar equivocado!".

"No lo estoy. Me comuniqué con un amigo para que me ayudara a verificar la información. Según los registros de aquel entonces, Madeline no solo te había salvado a ti, sino que también salvó a nuestro nieto, Jackson".

Sean exhaló un largo suspiro, dejando que la culpa y el arrepentimiento que sentía se asentará en el silencio que los rodeaba.

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