Esposa Pecadora romance Capítulo 401

El beso inesperado de Jeremy, dejó sorprendida a Madeline.

Le dijo que la amaba.

Que amaba a una mujer que era igual a la ex-esposa que él odiaba.

Era absurdo.

'Jamás me regalaste una mirada, cuando te valoraba y te veía como mi único amor'.

'¿Cómo te animas a decir que me amas, cuando mi corazón se ha resignado y sólo me ha quedado el odio?’.

'Ya es tarde, Jeremy Whitman'.

'Aunque te hayas enamorado de mí, ahora, eso no cura ni repara las impiadosas heridas que causaste en mi interior'.

Dando la justificación de que se sentía mal, Madeline se apartó del beso de Jeremy.

Sin embargo, había accedido 'felizmente' a la propuesta de matrimonio de Jeremy.

Con la mirada fija en el mar azul, Madeline se dio cuenta de que el odio de su corazón era igual de feroz que las las olas que tenía delante.

'Esto es lo que me debías, Jeremy. Es hora de que me lo pagues'.

Se le apretó el pecho a Jeremy, mientras observaba en silencio la sonrisa encantadora en el rostro de Madeline, y la luz de sus ojos se apagó.

De haber sido mínimamente consciente, tal vez no hubiera dejado a la mujer que amaba a merced de la dura experiencia del tiempo. Ahora se había ido y nunca volvería.

'Madeline'.

'Si alguna vez pudiéramos empezar de nuevo, probablemente no elegirías amarme de nuevo, ¿verdad?'.

...

Al día siguiente, se celebró la ceremonia de la boda.

En el hotel más prestigioso que poseía la Corporación Whitman, se encontraba Madeline, que llevaba su vestido de novia de siete cifras, con su tiara de diamantes. Sostenía un ramo en sus manos, mientras se dirigía hacia el atractivo hombre de traje a medida, bajo las miradas de bendición y envidia de los asistentes.

Los ojos de Meredith se enrojecieron, mientras una llama siniestra ardía en ellos.

En ese momento, una reclusa se arremangó en señal de disgusto, justo después de su arrebato, y agarró a Meredith por el cuello. "¡Idiota! ¿Cómo te atreves a lanzarme cosas? Tú eres la que va a pagar".

Entonces, la reclusa levantó un puño para descargarlo en la cara de Meredith.

Meredith gimió de agonía tras dos puñetazos, y empezó a pedir clemencia mientras todos la observaban. Incluso algunos le dieron patadas.

Tirada en el suelo, Meredith se agarró la cabeza con miedo. "¡Mi cara no! ¡No me pegues en la cara!", suplicó asustada, lo cual fue recompensado con un castigo aún más feroz.

Su mirada se posó en la pantalla del televisor, donde Jeremy estaba ayudando a Madeline a llevar su anillo. Envidia y odio la invadieron, mientras veía a los dos intercambiando votos dulces como caramelos. La sangre parecía brotar de los ojos de Meredith, debido a la furia que sentía en su interior, mientras cerraba los puños y apretaba la mandíbula, escupiendo su nombre.

"¡Madeline Crawford!".

...

La ceremonia terminó maravillosamente, marcando otro paso adelante en el plan de Madeline.