Esposa Pecadora romance Capítulo 431

La mano extendida de Madeline, fue levantada repentinamente. Al mismo tiempo, Felipe fue inmediatamente interrumpido, justo cuando tocó la esquina de la memoria USB.

Él miró hacia arriba, descontento, con sus ojos fríos, y vio un rostro enojado.

"Vera Quinn, ¡¿cómo pudiste ser tan desvergonzada?!".

Yvonne gritó: "Tan pronto como el primo Jeremy se fue, inmediatamente viniste a almorzar dulcemente con otro hombre. Los dos incluso están tomados de la mano, públicamente. ¡Eres tan barata que no mereces ser mi prima política! ¡Voy a contarle al primo Jeremy sobre esto, ahora mismo!".

Madeline realmente no esperaba que Yvonne la hubiera seguido. Mientras escuchaba las difamatorias palabras de Yvonne, ella retiró la mano molesta y dijo: "Habla con respeto. Este 'otro hombre', al que te estás refiriendo, es el tío de Jeremy".

"¿Qué?". Conmocionada, Yvonne miró a Felipe, quien tenía una expresión fría. Fue entonces cuando se dio cuenta de que este hombre no solo se veía guapo y extraordinario, sino que sus rasgos faciales eran de hecho algo similares a los de Jeremy.

Ella sabía que Jeremy tenía un tío, pero nunca lo había visto antes. Ahora que lo había visto, fue inesperado para ella que resultara ser un hombre guapo.

“Discúlpate con Vera”, exigió Felipe con rabia.

Yvonne señaló a Madeline. "¿Quieres que me disculpe con ella? ¿Por qué?".

"Podría demandarte, solo por las pocas palabras que has dicho", respondió Felipe, con indiferencia.

Madeline sonrió y miró a Yvonne. "Felipe, olvídalo. Las disculpas falsas son innecesarias, para mí".

"Tú...". El rostro de Yvonne se sonrojó de ira.

En ese momento, se escuchó un recordatorio desde el teléfono móvil de Felipe. Él le echó un vistazo a la pantalla y frunció ligeramente el ceño. "Vera, tengo que volver a la empresa para atender algunas cosas importantes".

Madeline sonrió. "Adelante".

Felipe asintió. Miró a Yvonne y luego se dio la vuelta insatisfecha.

"¡Tch!". Yvonne se burló con desprecio. Ella puso los ojos en blanco, irritada, hacia Madeline, antes de irse también.

Madeline quedó sola, de nuevo.

Ella miró el abundante almuerzo y el vino tinto recién servido, en la mesa; luego volvió a sentarse, lentamente.